La extracción de electrodos a causa de infecciones asociadas al
implante de dispositivos electrónicos intracardíacos, como desfibriladores o marcapasos, es un procedimiento que salva vidas. Se calcula que más del 65 por ciento de los pacientes con infección en los dispositivos de estimulación cardíaca recibe un tratamiento inadecuado y cualquier paciente en esta situación debe ser derivado rápidamente a su especialista para valorar la
extracción del electrodo infectado, puesto que los datos muestran que retrasar su extracción puede aumentar la mortalidad. Además, la extracción de electrodos tiene una tasa de seguridad del procedimiento del 99,72 por ciento y una tasa de
éxito clínico del 97,7 por ciento.
El principal beneficio de la extracción de los dispositivos intracardíacos infectados es
evitar la propagación de la infección y la aparición de complicaciones como la endocarditis (inflamación de la membrana interna del corazón). Además, la presencia innecesaria de sistemas de estimulación en pacientes a quienes no les genera ningún beneficio aumenta el riesgo de desarrollar complicaciones evitables, como insuficiencia de la válvula tricuspídea.
Existen diversas técnicas empleadas en la actualidad, como la extracción simple o las pistolas manuales. Sin embargo, cada vez gana más adeptos un método más moderno y seguro: la eliminación del tejido adherido al dispositivo mediante
sistema láser.
“La extracción por láser se ha convertido en
una de las técnicas más fiables y comunes entre los profesionales”, reconoce
Mehrdad Moradi, del Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Universitario Vall d´Hebron. “En nuestro centro cada vez se hace más común el uso del sistema láser por su
eficacia, seguridad y sencillez”.
Moradi añade que esta técnica aporta
más beneficios en casos complejos como pueden ser extracciones de dispositivos muy antiguos, extracciones múltiples “o bien cuando deseas seleccionar un cable a retirar sin perjudicar el resto del dispositivo”.
Sin embargo, solo uno de cada cinco pacientes que tienen una infección en el dispositivo de estimulación cardíaca se somete a extracción. Para el experto del Hospital Vall d’Hebron el motivo es probablemente el desconocimiento de técnicas como la extracción mediante láser. Y eso a pesar de que la experiencia de Moradi demuestra que es una solución “totalmente segura, fácil de aplicar, con
muy buenos resultados y pocas complicaciones para el paciente”.
La técnica con láser es segura y rápida
Para realizar esta intervención, se utiliza una
vaina de fibra óptica que proporciona un haz láser frío que permite retirar con seguridad el dispositivo infectado sin dañar el tejido adyacente. “Es una tecnología muy segura, que
penetra solo 0,5 milímetros en la zona a tratar y no roza la pared de la vena, permitiendo la extracción de electrodos y cables de forma muy segura y rápida”, asegura Moradi.
A pesar de la experiencia acumulada en la extracción de electrodos, una de las complicaciones más temidas por los especialistas es la
rotura de estructuras como la vena cava durante la intervención. Pese a que ocurre en un porcentaje muy bajo de procedimientos, plantea un riesgo elevado de mortalidad si se produce.
“Para ayudarnos a solucionar esta complicación contamos con un
balón de oclusión transitoria que se introduce por vía percutánea hasta la zona de la lesión y ayuda a controlar el sangrado”, explica. Con esta técnica se consigue que el paciente pierda
un 90 por ciento menos de sangre y el especialista tenga tiempo suficiente para reparar la rotura.
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