Javier Barbado. Madrid
El
radar que cada año detecta los riesgos que entraña ser atendido en el hospital, el informe del Instituto ECRI (estadounidense pero con repercusión internacional), confirma la influencia creciente del uso de la tecnología en la seguridad del paciente.
William M. Marella, director
de Programas de Seguridad
del Paciente en el ECRI.
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En su edición de este año, en efecto las dos primeras circunstancias que comprometen el cuidado de los pacientes en el
Top 10 Patient Safety Concerns for Healtcare Organizations, del mencionado instituto, se asocian a los equipos tecnológicos, en concreto, una vez más, el funcionamiento inadecuado de las alarmas de los dispositivos médicos (por lo general atribuible a su exceso en los recintos asistenciales), y la pérdida o utilización errónea de la información sanitaria procesada por medios electrónicos.
Ya en 2014 el primer evento adverso relacionado con la atención hospitalaria, en este listado, fue el de la integridad de los datos almacenados por los sistemas de tecnología de la información y la comunicación (TIC) que se instalan en los centros, pero los nueve restantes aludían a riesgos no vinculados de forma tan directa con las aún llamadas nuevas tecnologías.
En el ranking de 2015, la tercera posición la ocupa el manejo de situaciones violentas por parte de los pacientes hacia el personal sanitario; los protocolos aplicados en la administración de terapias intravenosas; la coordinación entre niveles asistenciales para la correcta indicación y administración de los medicamentos; el error a la hora de aplicar dobles verificaciones en cualquier proceso relacionado con la asistencia; los eventos asociados al uso de opiáceos; la reposición inadecuada del material endoscópico y quirúrgico; los errores de coordinación entre centros a la hora de trasladar a enfermos y los cometidos, por último, con las unidades de medida al prescribir fármacos.
ENLACES RELACIONADOS:
La alarma de los dispositivos médicos, principal riesgo en el ‘ranking’ del ECRI (04/12/2013)