Redacción. Madrid
Prestar la asistencia sanitaria adecuada a cada momento no siempre es tarea fácil para el profesional, especialmente en aquellas zonas en las que, por factores ajenos al paciente, es casi imposible acceder de forma correcta.
José Antonio Bastos, director general de Médicos Sin Fronteras en España.
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Circunstancias relacionadas con la demografía o por una catástrofe natural, entre otras, impiden muchas veces al médico ocuparse de forma directa del enfermo, y mucho menos de administrarle la medicación que requiere.
Un ejemplo de ello se da Papúa Nueva Guinea, un país situado en Oceanía, y donde la tuberculosis es la enfermedad más frecuente entre su población. Una situación que se agrava en algunas zonas del interior, ya que acceder a ellas es tarea casi imposible para el personal sanitario de Médicos Sin Fronteras (MSF), la organización no gubernamental que opera en la región.
Sin embargo, lejos de desistir, este equipo se ha hecho acopio de la última tecnología disponible en el mercado para facilitar su trabajo: los drones. Se trata de unos robots controlados a distancia a través de dispositivos como móviles u ordenadores que permitirían trasladar los suministros médicos a las zonas más remotas del país.
MSF, en concreto, se ha alineado con Matternet, una compañía de tecnología con sede en Estados Unidos, y ha adquirido helicópteros con cuatro rotores teledirigidos, también conocidos como ‘quadcopters’. Un aparato que, sin necesidad de tripulación, geolocaliza la zona en cuestión con las coordenadas que tiene establecidas y vuela hasta su lugar de destino.
Inconvenientes de esta tecnología
No obstante, la utilización de esta novedosa tecnología aún contempla algunos peros, principalmente logísticos, como la necesidad de utilizar una pista de aterrizaje para poder soltar la carga médica, una circunstancia que no siempre se da, ya que en algunas zonas no hay caminos adecuados o está cubierta por bosque. O la de la vida de la batería, elemento que llevan incorporado y que le permite realizar las maniobras. Si esta se va acabando y el drone no se encuentra cerca de la base de los profesionales sanitarios, puede acabar estrellándose irremediablemente.
Pero también climáticos, ya que, hasta el momento, el helicóptero no está concebido para que trabaje en situaciones climáticas extremas, como el calor o la lluvia, elementos que, por lo general, se dan en estas zonas del planeta.
Los drones no son usados en zonas de conflicto bélico
Donde está claro que no operan estos drones es en aquellas zonas que, en la actualidad, se vean sometidas a guerras u otros conflictos bélicos, tal y como reconocen Isaac Chikawnha y Eric Pujo de Médicos Sin Fronteras, ya que podrían ser confundidos con arsenal militar y ser derribados en la contienda, alertan.
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