"La salud sexual es un derecho", también en tiempos de coronavirus. Así lo ha recalcado el jefe del Servicio de Urología del
Hospital Sanitas La Zarzuela,
Ignacio Moncada, en el webinar organizado por
Boston Scientific y
Fundación para la Diabetes.
"La salud sexual es un derecho desde 1974. La
Organización Mundial de la Salud así lo reconoció. Por tanto, al ser un derecho, es
obligación de las instituciones sanitarias dar cobertura al mismo", ha explicado Moncada, que ha insistido en la necesidad de que los pacientes
pierdan el miedo a acudir al médico para compartir sus problemas sexuales.
"La gran mayoría de los hombres y mujeres no comentan problemas sexuales. Es importante consultar, porque, por ejemplo, la
disfunción eréctil puede ser un síntoma de problema cardiológico", ha aseverado. El webinar ha estado centrado en la salud sexual en personas con diabetes.
Y es que
la diabetes "puede afectar a la salud sexual. Puede dañar los nervios, los vasos sanguíneos, provocar alteraciones hormonales, disminuir la testosterona, elevar la prolactina, bajar la autoestima y dar lugar a una disfunción sexual".
Disfunción eréctil en hombres diabéticos
Moncada confirma que "
1 de cada 2 hombres con diabetes tiene problemas sexuales. La incidencia de disfunción eréctil en hombres con diabetes se da hasta en menores de 20 años". Por encima de 70 años, "casi el 100 por cien de hombres con diabetes tienen disfunción eréctil".
El urólogo señala que el problema reside en que "
casi el 90 por ciento de hombres entre 60 y 70 años con diabetes piensa que es normal sufrir disfunción eréctil. Normal no es, es frecuente. Lo normal es no tenerlo. Los hombres, si piensan que lo que les pasa es normal, no van al médico. El
83,5 por ciento de sujetos con disfunción eréctil no consulta a su médico".
"La disfunción eréctil en general es una
enfermedad crónica. Es como el que tiene diabetes. Se puede tratar y corregir con tratamiento", ha explicado.
"Hay una legión de personas que tiene diabetes y problemas sexuales"
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Tratamientos de la disfunción eréctil
El especialista ha manifestado en el webinar que lo primero es actuar ante los factores que aumentan los riesgos de padecer problemas sexuales fomentado estilos de vida saludables: dieta, ejercicio,
dejar de fumar, reducir
estrés,
mantener buen control glucémico…
"Haciendo esto, se puede retrasar un montón. El problema es que actuamos cuando llega la disfunción eréctil y no antes". Si llega, "hay que perder el miedo a ir al médico.
El que tenga vergüenza debe entender que los médicos estamos acostumbrados. Estamos todo el día viendo pacientes.
Hay una legión de personas que tiene diabetes y problemas sexuales".
Entre los tratamientos explicados por Moncada para tratar la disfunción eréctil se encuentran "los
medicamentos por
vía oral (viagra), las
inyecciones intracavernosas, que son muy eficaces y el
implante. Este último es una
intervención quirúrgica cuyos resultados son extraordinariamente buenos".
Respecto a este último sistema, Moncada explica que se "implantan dos cilindros en el pene, se coloca una bomba en el escroto y un depósito de suero en la parte inferior del abdomen.
El 98 por ciento de los hombres están encantados con ella. Al cabo de 7 años el 84 por ciento sigue utilizándolo y
no necesita revisión". Para las mujeres, este urólogo recomienda lubricantes y ayuda psicológica. "Después de la menopausia disminuye el deseo sexual", añade.
Sexo en tiempos del Covid-19
Moncada ha señalado que el coronavirus "se transmite por gotitas que salen de la boca y la nariz.
No es una infección de trasmisión sexual. Se puede tener sexo seguro. Pero se puede transmitir por besos y contacto cercano".
Es por ello que "si uno ha tenido síntomas o ha estado en contacto con personas contagiadas no debe tener relaciones sexuales.
Hay maneras de tener placer sexual sin contacto físico. Si no tiene síntomas, está bien, puede practicarlo".
Iñaki Lorente, psicólogo de la Fundación para la Diabetes, ha expuesto por su pare que el estrés es uno de los grandes enemigos de la salud sexual:"Cuando una persona está estresada es difícil mantener una relación sexual sana". "El deseo sexual es recuperable, pero hay que ponerse a trabajar", concluye.
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