Precisar diagnósticos, facilitar consultas con especialistas o realizar pruebas médicas en zonas remotas de la
China rural son algunas de las ventajas que están llegando a la medicina gracias a la inteligencia artificial y su capacidad de
"replicar" los cerebros de los médicos. "Una de nuestras metas es ayudar a que los doctores más jóvenes sean capaces de ser considerados médicos expertos gracias a máquinas que reproducen el
cerebro de los veteranos", cuenta a
Efe la vicepresidenta de la plataforma
We Doctor, Cheng Yi.
"Las mejores oportunidades de la inteligencia artificial están en el sector de la salud y están en China, ya que tenemos más de
dos millones de médicos y millones de datos de pacientes que analizar y contrastar", apunta a Efe la portavoz de esta plataforma, que surgió hace casi una década y en la que han invertido empresas tan potentes como el
gigante tecnológico Tencent.
En un país con casi 1.400 millones de personas,
la inteligencia artificial busca paliar problemas como la falta de profesionales experimentados, los hospitales sobrecargados y con falta de fondos o las largas listas de espera para pruebas médicas o consultas con especialistas.
"El número de pacientes que se atienden en esta clínica local se ha doblado gracias al sistema de diagnóstico: nuestro robot de ultrasonidos", cuenta a
Efe Hu Hairong, directora general de Demetics Medical Technology, otra compañía del sector.
Ayudar, no remplazar
En una visita a un hospital público de la ciudad de
Hangzhou (en este del país) donde opera este robot, Hu explica que
estas máquinas son especialmente útiles en los hospitales locales, donde apenas hay especialistas.
"La maquina tiene un 85% de precisión para saber si un tumor es maligno o benigno"
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"Nuestro sistema es para ayudar a los doctores, nunca para reemplazarlos: para darles más confianza a la hora de obtener resultados.
Si sus apreciaciones coinciden con el diagnóstico de la máquina, les da confianza, y si no, les hace cuestionarse y comparar sus opiniones con las de especialistas, a quienes pueden contactar a través de una videollamada y quienes reciben también los resultados", añade.
La máquina es además mucho más certero que un humano ya que, asegura, "tiene un
85 por ciento de precisión para saber si un tumor es maligno o benigno, cuando el intervalo de los doctores es de
entre el 60 y el 70 por ciento".
Empresas como la suya buscan solucionar las carencias del país más poblado del mundo gracias precisamente
a su numerosa población. "China tiene una gran población y gracias a eso tenemos muchos resultados médicos, así que podemos entrenar a la
máquina con miles de algoritmos para que aprenda de los datos", precisa Hu.
Otro de los problemas que aspira a solucionar la inteligencia artificial es que los habitantes de zonas remotas de la
China rural puedan acceder a pruebas médicas sin necesidad de desplazarse a decenas de kilómetros. Para ello We Doctor ha desarrollado estaciones de diagnóstico móviles. Se trata de vehículos equipados con instrumental médico en los que
viajan doctores generalistas para realizar pruebas y que luego pueden enviar los resultados a especialistas, para una doble opinión.
Videollamada, diseño de máquinas con experiencias de doctores...
"Este proyecto tiene un papel fundamental en lugares sin doctores especialistas que sean capaces de interpretar imágenes médicas, una especialidad que requiere de muchos años de estudio", insiste la
vicepresidenta de We Doctor.
La compañía, uno de los "unicornios" tecnológicos más valiosos del país, también ha desarrollado un producto de
asistencia en el hogar, el 'WeDoctor Tong', un aparato (desarrollado por la Universidad de Zhejiang y la de Harvard) con el que se puede contactar con un médico por videollamada.
Gracias a los datos que proporcionan los dispositivos accesorios que pueden añadirse (un termómetro, una máquina para medir la glucosa, una para medir los latidos fetales...), que se sincronizan con el doctor contactado, este tendrá una visión más aproximada del estado del paciente.
En We Doctor hay además un lugar para la medicina china tradicional, donde las máquina
s "trabajan como asistentes" de los doctores. "La medicina tradicional está basada en la experiencia de los doctores veteranos. Hemos diseñado máquinas para copiar sus cerebros y replicar sus conocimientos y experiencias", apunta Cheng.
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