Ascires ha invertido más de 1,3 millones de euros en una
resonancia de alta gama, siendo la única de estas características en la provincia de Valencia y una de las 12 existentes en España.
Resonancia magnética abierta para pacientes claustrofóbicos y pediátricos.
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Hasta ahora, las RM abiertas no aportaban la misma calidad de imagen clínica, pero la apuesta de esta RM Abierta de Alto Campo de última generación (1,2 teslas de potencia de campo), posibilita
mejorar la experiencia de este tipo de pacientes sin perder precisión médica.
Así pues, esta resonancia de alta gama permite realizar
exploraciones a pacientes con claustrofobia y ansiedad, para los que permanecer en un espacio cerrado resulta problemático.
Esta RM Abierta también es adecuada para los pacientes
con movilidad reducida y aquejados de rigidez o anquilosis, así como para las personas de gran estructura física. Para este último tipo de pacientes, en los que no resulta viable el uso de una resonancia tradicional debido al diámetro de su tubo, este dispositivo se convierte en el mejor aliado para su diagnóstico.
Respecto a las características técnicas de este equipo, según indica
José Manuel Reyes, responsable de Imagen Clínica de Hitachi Medical Systems, “la ergonomía de este modelo permite ubicar la región anatómica de interés en lo que se denomina el isocentro, punto donde convergen las líneas de campo de la resonancia magnética y donde se
optimiza la calidad de imagen”. Una gran aportación para abordar el diagnóstico en pacientes claustrofóbicos o pediátricos, en ciertas patologías cardiacas o en regiones como el hombro, sin perder precisión en la imagen.
Minimizar las sedaciones en pacientes pediátricos
El grupo biomédico Ascires ha creado un
protocolo de asistencia al paciente pediátrico con el objetivo de minimizar, siempre que sea posible, la sedación en niños. “Bajo la denominación de
AsciresKids hemos diseñado una experiencia positiva y colaborativa, con el
respeto, la empatía y la excelencia asistencial como valores troncales, promoviendo que el niño se sienta niño durante todo el proceso diagnóstico”, declara Carolina Juzga, cardióloga pediátrica de la clínica biomédica Ascires Campanar.
“Con la resonancia abierta los niños pueden someterse a las pruebas acompañados por sus padres, cogerles la mano e interactuar con ellos, lo que hace que
el niño esté más relajado y mantenga la calma durante la exploración. Además, como tienen una visión panorámica de 270° al no estar metidos en un cilindro, ven un entorno mucho más agradable, al que se pueden sumar proyecciones o realidad virtual”, explica Juzga.
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