María Vila considera que el Sistema Nacional de Salud (SNS) se encuentra
obsoleto tecnológicamente, pero también que en su renovación
la industria de la tecnología sanitaria tiene que aportar soluciones. Entre ellas, la directora general y presidenta de Medtronic en España y Portugal apuesta, en la entrevista que ha concedido a
Redacción Médica, por una mayor colaboración entre todos los agentes sanitarios para que las compañías puedan aportar no solo productos sino también
procesos integrados con resultados en salud demostrables,
una tecnología basada en el valor que es "clave para la sostenibilidad del SNS".
Usted llevaba 13 años en Medtronic cuando, en 2017, fue designada directora general para España y Portugal de la multinacional americana. ¿Cómo lleva dirigir a uno de los gigantes del sector de la tecnología médica?
María Vila , directora general de Medtronic en España y Portugal.
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Pues estoy encantada, la verdad es que está siendo una experiencia muy enriquecedora. Trabajo en una compañía líder en tecnología sanitaria que aborda la innovación en el sector sanitario, un ámbito que no solo me interesa como directora, sino como ciudadana y como paciente que algún día seré.
Nuestra misión es la de aliviar el dolor para restaurar la salud y alargar la vida, algo que son resultados en salud. Y mi labor es la de llevar a la empresa a estar enfocada a esos resultados, así que no puedo estar más contenta.
¿Cuáles son los desarrollos más importantes que Medtronic tiene en marcha y que plantea lanzar próximamente?
En nuestro caso,
hablamos más de proyectos que de productos puesto que los proyectos engloban soluciones multifactoriales, que es lo más innovador que estamos haciendo. En el campo en el que nacimos, en el de la Cardiología, hemos lanzado en los últimos años el marcapasos más pequeño del mundo y sin cables así como unas válvulas transcatéter que permiten hacer intervenciones sin tener que abrir al paciente mediante procedimientos mínimamente invasivos.
Pero nuestro objetivo y el campo en el que estamos intentando ser líderes, como una transformación desde la empresa, es en
utilizar estos productos para soluciones de problemas sanitarios. Por ejemplo, no hablar tanto solo de marcapasos y de desfibriladores sino de
hacer monitorización remota a los pacientes desde su domicilio con estos productos, para poder tenerles controlados y que no tengan que estar yendo al sistema. O no tanto hablar de válvulas sino de dar una solución en conjunto, con el sistema sanitario, para el problema de la estenosis aórtica.
Estamos trabajando también en proyectos para dar el
tratamiento integral al paciente, y no darlo nosotros sino colaborar para ello con el sistema sanitario. Un ejemplo es el tratamiento integral de la cirugía bariátrica de reducción de estómago. Nosotros no solo queremos colaborar en la intervención con nuestros productos sino también queremos colaborar en una solución que permita que los pacientes lleguen a tiempo a la cirugía, que luego se les haga la intervención con la mejor tecnología disponible o la que sea idónea, y luego hacer un seguimiento multidisciplinar del paciente para que se obtengan los
mejores resultados en salud.
"Tenemos que alejar este concepto de que la tecnología médica es ciencia ficción", considera Vila.
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Estamos también en el campo de la diabetes con
bombas de infusión de insulina, con las que hacemos monitorizaciones de glucosa continuas para que el paciente pueda saber en todo momento sus niveles, que se sientan controlados y que los médicos vean también que tienen a los pacientes monitorizados, generando más eficiencia para el sistema. En esta dirección, la de las soluciones integrales, también estamos trabajando en el campo de diálisis, de la cirugía de la columna y del tratamiento del dolor crónico.
¿Qué hay de ciencia ficción en los avances que se están logrando con la tecnología médica?
Lo bueno es que en realidad no se trata de ciencia ficción.
Tenemos que alejar este concepto de que la tecnología médica es ciencia ficción. Realmente está ya aquí y voy a dar ejemplos de ello. Nosotros ya tenemos productos para la cirugía robotizada de la columna y estamos investigando para tener
cirugía robótica en todos los campos. Estas soluciones permiten al cirujano poder hacer cirugía mucho más precisa, más segura, que el paciente se vaya con mejores resultados y antes a casa, pero el ser humano sigue estando allí, controlando estas herramientas robotizadas que le permiten trabajar.
Otro ejemplo es la incorporación de la
inteligencia artificial, de la que tanto se habla, a la tecnología ya existente. Esto ya ocurre con las bombas de infusión de insulina para pacientes diabéticos y los sensores de monitorización continua de la glucosa que tienen. Eso ya existe y ya se está comercializando. Además estamos trabajando con IBM Watson para incorporar
software predictivo de manera que, analizando patrones ocultos en datos de pacientes, se pueda predecir y avisar al paciente de que le va a dar una hipoglucemia. Evitamos el riesgo que conlleva para el paciente y liberamos al sistema sanitario del coste de las complicaciones de una hipoglucemia. Al final, ganamos todos.
Este modelo de atención es aplicable en otras áreas ¿no?
Claro. En cardiovascular la monitorización remota hace tiempo que se está haciendo. Los pacientes llevan implantados marcapasos, desfibriladores, resincronizadores cardiacos, holters…
Tecnología que está generando datos. Para ellos ya disponemos en Medtronic de un centro de seguimiento remoto, tanto para esto como para bombas de insulina o para cualquier dispositivo que sea susceptible de aportar al sistema sanitario como resultados en salud. Al final lo que queremos es que el paciente esté mejor controlado y además obtener mejores resultados, poder medirlos y aliviar al sistema sanitario de unos costes, de unas ineficiencias que podemos suprimir, evitando consultas, visitas y hospitalizaciones innecesarias y comorbilidades.
¿Hay factores que limiten la evolución de la investigación en tecnología médica, como la capacidad económica de los pagadores?
La investigación tecnológica en sanidad es imparable. De hecho, yo creo que no paró ni con la crisis. Pero tanto solo puedo hablar de los datos que conozco: el año pasado Medtronic gastó a nivel mundial 2.300 millones de dólares en I+D. Y durante la crisis mundial nunca se redujo el presupuesto en investigación. Mientras haya necesidades médicas no cubiertas, vamos a seguir lanzando productos porque el sistema los necesita.
La limitación no es tanto económica como el hecho de que no toda la innovación sirve. Siempre es buena y positiva, pero los productos tienen que abordar necesidades concretas que estén sin resolver, y además tienen que aportar resultados y hacerlo de una manera eficiente. Es decir,
hay que hacer innovación pero que aporte valor en salud. De esta manera resuelves el problema económico y ya no hay ninguna limitación en la financiación.
"La crisis ha pasado factura y tenemos equipamiento en el sistema sanitario que requiere una renovación".
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Aportar productos traslacionales de verdad, por así decirlo.
Traslacionales,
obtener resultados y medirlos, que es una deficiencia que tenemos hoy en día. Se miden muy poquitos resultados en sanidad, y se tienen también que transparentar, comunicar, para obtener no solo resultados clínicos en salud sino también en eficiencia.
El ejemplo de esto es el de la monitorización remota que se está haciendo. Ahí tenemos innovación, damos resultados y ahorramos costes al sistema. Si eso es así, la innovación se debe seguir haciendo siempre y no solamente no va a ser un problema económico, sino que la tecnología médica demuestra que genera riqueza y contribuye al producto interior bruto.
Tras las crisis… ¿Cuál es la situación del parque tecnológico del Sistema Nacional de Salud (SNS), le hace falta una puesta a punto?
Sí, eso es una realidad.
El parque tecnológico en España sufre de obsolescencia. La crisis ha pasado factura y tenemos equipamiento en el sistema sanitario que requiere una renovación. De hecho, hay estudios que se han hecho y que se han presentado al SNS sobre la obsolescencia del parque tecnológico y estamos colaborando con el sistema para ver cómo hacer frente a esa renovación.
Hay iniciativas puntuales como pudo ser la donación de la Fundación Amancio Ortega que ayudan en algunas áreas, pero no resuelven el problema. Pero la realidad es que seguimos teniendo obsolescencia.
Lo que no puede ocurrir es que la industria sea parte del problema y consideremos: "esto que lo resuelva el sistema sanitario." De hecho, desde la industria, al menos desde Medtronic, estamos intentando ser muy activos en fomentar innovación en compra pública. ¿Cómo hacer frente a esa renovación de parque tecnológico? Pues o lo hacemos mediante nuevas modalidades de innovación en compra pública, de pago por resultados en salud, el
Value Based Healthcare del que tanto se habla, o si no estaríamos diciendo al sistema "tenemos un problema, pero no estamos aportando ninguna solución."
¿En dónde están las mayores urgencias? ¿Dónde habría que priorizar está renovación?
Yo creo que es en todas las áreas. Si hay algo fundamental es que pongamos al paciente en el centro, que analicemos el episodio entero de una enfermedad. Los pacientes ahora son enfermos crónicos, la esperanza de vida se ha alargado.
Lo que tenemos que hacer es mirar la enfermedad completa de la persona y trabajar uniendo todos los hilos: Atención Primaria, hospitales, e industria, trabajando todos juntos.
Un ejemplo de esto es la cirugía bariátrica para la reducción de estómago. Tenemos tecnología para poder hacerla y a grandes profesionales para utilizar en grandes centros, pero hay un índice de fracaso en los pacientes, que vuelven a recuperar peso, de entre el 25 y el 50 por ciento. Entonces,
tenemos que trabajar en todo el flujo para que el paciente llegue a tiempo a la cirugía en las condiciones idóneas, que no esté esperando dos años para ello, que se le haga la mejor operación posible y que luego tenga un seguimiento multidisciplinar.
Desde Medtronic ya estamos trabajando en esto, colaborando con nutricionistas, psicólogos, en aportar la solución completa. No se trata de en qué área tenemos que aportar renovación tecnológica, sino que tenemos que cambiar el proceso. Y la tecnología es solo una parte de él.
Habla usted de un cambio de filosofía de pasar de curar, por decirlo de alguna manera, a manejar calidad de vida.
Manejar calidad de vida y a gestionar la salud de la gente. Tenemos que gestionar el proceso entero. Aportemos la tecnología donde haya que aportarla pero dentro de una solución completa.
María Vila, durante la entrevista concedida a 'Redacción Médica'.
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Da la impresión de que estemos hablando de un producto muy complejo que requeriría la alianza de empresas tecnológicas, empresas farmacéuticas y de los más diversos servicios sanitarios, públicos y privados. ¿Existe la capacidad de asociación y de cooperación entre factores del sector?
Existe y lo estamos haciendo ya. Nosotros lanzamos hace cinco años nuestra división de
Integrated Health Solutions porque vimos esto, vimos que el sistema tenía unas necesidades que no las podíamos afrontar simplemente innovando en productos. Necesitábamos trabajar en soluciones y lo estamos haciendo.
Trabajamos ya con grandes hospitales públicos y privados en soluciones multifactoriales, incluyendo cambios en procesos, formación y educación a los profesionales sanitarios y en protocolos de actuación. Estamos en una economía ya distinta, ya no se trata de que alguien haga simplemente su parcela. Necesitamos trabajar juntos.
En el horizonte legal del sector aparece el nuevo reglamento de productos y tecnología sanitaria, para cuyo desarrollo algunas voces piden que desarrollen unos precios de referencia en el sector. ¿Cómo valora la situación?
Bajo mi punto de vista,
sería un error aplicar precios de referencia en este sector. Aunque la tecnología sanitaria llama mucho la atención solo supone entre el 7 por ciento y 8 por ciento del gasto sanitario total. Donde se está produciendo el gran gasto es en las ineficiencias que hay en el sistema en su conjunto. Sabemos que hay procesos que se pueden hacer de una manera más eficiente y para ello hay que englobar a todos los agentes del sistema. No hay que hablar de precios de referencia sino atacar lo que de verdad hay que atacar, que es, trabajar en el proceso completo de manera que aporte resultados en salud para los pacientes y eficiencias para el sistema.
Es el valor en sanidad: mejores resultados a menores costes.
El nuevo marco legal va a obligar a los estados miembro y a la UE en su conjunto a avanzar en el campo de la evaluación de la tecnología sanitaria.
No puedo responder en profundidad a esa pregunta porque no soy especialista ni abogada. Si sé que al final se acabará generando una evaluación de la tecnología sanitaria. Lo que tenemos que hacer es evaluar que la tecnología aporte resultados al proceso. Mientras sea eso, yo la apoyaré plenamente, pero lo primero que hay que hacer es medir.
Necesitamos crear un observatorio de datos que mida los datos en salud de todas las comunidades autónomas, para que podamos compararlos, transparentarlos y midamos luego además el coste y la eficiencia que aporta la tecnología sanitaria. Pero no solamente el coste sino también el ahorro que aporta a los servicios médicos, al SNS y a la economía en general. Si es para trabajar en una innovación en la que la tecnología aporte resultados y reduzca costes, genere eficiencias, midiéndolo todo en su conjunto en su conjunto,
bienvenida sea la legislación que venga en este sentido.
Por otro lado, hay legislación también que acaba de salir en materia de
contratación pública. Tenemos que utilizar esta nueva reglamentación para encontrar fórmulas innovadoras que permitan comprar resultados. Yo fomento que a las empresas, a Medtronic, nos paguen no por vender tecnología, sino por colaborar en los resultados en pacientes. Y ya empieza a haber ejemplos y concursos públicos que están saliendo por pago por resultados.
Sin embargo, este modelo de contratación pública que comenta es muy compleja. ¿Ve usted voluntad por parte de las Administraciones Públicas en esta dirección?
Sí, es difícil. Hay dificultad, pero voluntad veo mucha. Nosotros nos reunimos con todas las consejerías de sanidad y los expresan de manera clara, porque hay un problema latente. Hay un estupendo sistema sanitario que hace mucho con lo que tenemos pero sabemos que existe un debate sobre la sostenibilidad y se sabe que la solución pasa por el
Value Based Healthcare, que es la sanidad basada en valor, dar resultados y a menor coste.
Desde Medtronic llevamos cinco años hablando de esto y diciendo que es la vía, promoviendo cambios en este sentido.
¿Qué actitud ve por parte de los gestores públicos en asuntos como la telemedicina y la atención domiciliaria?
Nos encontramos un gran apetito por parte de las consejerías por entrar en estos temas por entrar o por profundizar más, porque algunas ya han entrado, tanto en el uso de tecnologías digitales para que el paciente pueda estar tratado a domicilio como de acercar la tecnología al paciente. No veo barreras desde el punto de vista de que no quieran hacerlo. Lo que pasa es que es difícil. Y además, en el campo de las tecnologías digitales concretamente, me preocupa que no vayamos todos a una. Se está trabajando mucho en esto pero que están apareciendo soluciones digitales separadas cuando todavía estamos hablando de un país en el que no hay interoperabilidad entre los distintos sistemas sanitarios.
Lo que hace falta, y el Ministerio ya estaba trabajando en ello, es que se aborde una estrategia de salud digital estatal con esta interoperabilidad y trabajando todos juntos en ello.
¿Cómo valora el nuevo código ético de Fenin?
La ética en todos los sectores es fundamental, pero más en el campo médico donde estamos hablando de una gran inversión de fondos públicos. Por ello
no solamente hay que hacer las cosas bien, sino demostrar que se están haciendo bien. Hemos ido un paso más allá de transparentar: lo que estamos haciendo es
evitar el posible conflicto de interés, impidiendo que surja. Lo que se ha hecho es muy positivo, también con la puesta en marcha del sello ético de Fenin, que portan las entidades que colaboren en todo esto de la formación y cumplan los requisitos del código ético. Con todo, es complicado llevarlo a cabo porque es nuevo y todo lo nuevo requiere cambios y estamos aprendiendo todos.
Vila: "No haríamos un buen balance de la situación si dijésemos que el problema del techo de cristal a las mujeres está resuelto".
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Uno de las grandes revoluciones sociales en España en este 2018 está siendo la surgida durante el 8 de marzo, Día de la Mujer, jornada en la que miles de personas salieron a las calles para reclamar, entre otras cuestiones, la igualdad plena entre ambos sexos también el terreno laboral, donde las ejecutivas se tienen que enfrentar al techo de cristal que existe en el ámbito de alta dirección. En el campo de la tecnología sanitaria parece que este contexto es diferente, puesto que hay varias mujeres, como usted o María Luz López-Carrasco, al frente de compañías en España.
Esa es una excelente noticia, pero yo creo que no es solo en el ámbito de la tecnología médica, sino en el de la tecnología en general puesto que ya
hay muchas mujeres en puestos de alta dirección. Estamos en un mundo donde aproximadamente la mitad de la población son mujeres y la otra mitad hombres, y necesitamos que las empresas tengan esta composición no solamente en los niveles de entrada sino en los equipos directivos. Si puedo, desde mi puesto quiero ayudar a que mujeres jóvenes vean que merece la pena meterse en tecnología, estudiar carreras tecnológicas, que pueden triunfar igual que han triunfado muchos hombres y pueden llegar a puestos directivos.
Por otro lado, en Medtronic tenemos un plan de igualdad. En cualquier caso, creo que este tipo de iniciativas no deben incluir cuotas. Estoy en contra de ellas puesto que pueden interpretarse de una manera errónea. También reconozco que
si no hubiese sido por este tipo de medidas probablemente no estaríamos en la sociedad en la que estamos hoy.
Un mal necesario, por decirlo de alguna manera.
Sí,
ha sido un mal necesario y gracias a grupos que hablaron mucho de esto desde hace años e hicieron ruido las mujeres estamos teniendo las mismas oportunidades. En concreto en Medtronic, para todos los puestos pero todavía más para los directivos, nos aseguramos de que siempre en la lista de candidatos finales al proceso haya personas de los dos géneros. Y luego lógicamente el puesto va a ser para el mejor o la mejor. Me enorgullece decir que en Medtronic Iberia en España y Portugal un 37 por ciento de los puestos de dirección están ocupados por mujeres.
Ha dicho usted que el ruido ha permitido llegar hasta esta situación ¿Cuál es el ruido que toca hacer de cara al futuro?
Creo que h
ay que seguir haciendo ruido aún sobre esto porque no haríamos un buen balance de la situación si dijésemos que el problema está resuelto. Hay mujeres que están notando unos techos que les impiden acceder en otros lugares, en otras empresas o en otras industrias. Nos toca ahora a las mujeres que hemos llegado a puestos directivos y hacer ese ruido y más aún si es en el campo de la tecnología. Nos toca ser muy visibles, nos toca hablar de esto y nos toca apoyarnos entre las mujeres, así como animar a las jóvenes a que creen su marca personal, a que no tengan un techo de cristal y a que tengan las mismas oportunidades que los hombres.
Toca seguir haciendo ruido.
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