"La radiofrecuencia en dolor de hombro logra hasta 12 meses de mejoría"

Rubén Ouviña analiza una nueva técnica que logra resultados en máximo 3 semanas y que no destruye tejido

Rubén Ouviña.

23 mar 2022. 09.00H
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Rubén Ouviña es miembro del equipo del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Área Sanitaria de Vigo, que fue premiado por su trabajo sobre radiofrecuencia en el dolor de hombro en las jornadas científicas del Congreso de la Sociedad Gallega de Rehabilitación. 

Un reconocimiento tras dos años trabajando con radiofrecuencia para el dolor de hombro, con importantes resultados, ya que se ha producido una mejoría en el 70% de los casos tratados en pacientes con esta patología. Se realizan entre 20 y 30 tratamientos de este tipo por mes. Avances de los que Ouviña habla en esta entrevista para Redacción Médica.

¿En qué consiste la radiofrecuencia pulsada aplicada al dolor de hombro?

Hemos podido ser testigos en últimos años del avance y desarrollo de procedimientos intervencionistas para el control del dolor y la discapacidad, permitiendo así disminuir la necesidad de fármacos orales, alejarnos más de la posibilidad de efectos secundarios medicamentosos y progresando a una mejoría en la capacidad y eficacia de las unidades de Rehabilitación, logrando así reincorporar a los individuos a la sociedad. Una de esas técnicas es la radiofrecuencia.

La radiofrecuencia pulsada (PRF) es una modalidad terapéutica novedosa con muchas aplicaciones potenciales en el manejo del dolor. Ofrece la ventaja de controlar el dolor sin la destrucción del tejido y las dolorosas secuelas asociadas a la radiofrecuencia convencional o continua. La PRF es un tratamiento que se considera sintomático, particularmente es mínimamente invasivo, logra mejoría en la movilidad articular y están descritas mejoras en la calidad del sueño. Es un procedimiento bien tolerado por la mayoría de los pacientes a los que se les realiza bajo indicación médica.

El modo de radiofrecuencia pulsada (RFP) se usó por primera vez por Sluijter en 1998. Consiste en la aplicación de una onda de alta frecuencia (500 KHz) que logra un aumento de la temperatura local por vibración de las partículas circundantes a la punta activa en forma de pulsos (es decir, se intercalan periodos de tratamiento periodo activo de 20 msg, con periodos silentes 480 msg que permiten así la disipación del calor). La RFP bajo este mecanismo no produce una lesión térmica destructiva (no supera los 42 °C aprox.). Se describe que lo que podría originar el efecto analgésico sería el campo eléctrico emitido en la punta de la aguja y que cumpliría una función de neuromodulación en la transmisión del estímulo doloroso, catalogando a esta técnica como “no destructiva”, facilitado así el uso para el abordaje de nervios periféricos como los encargados de la inervación del hombro.

Una de las dianas terapéuticas para aplicar RFP en el hombro es el abordaje del nervio supraescapular que es el encargado de la inervación sensitiva del 70% de dicha articulación. Puede utilizarse como técnica única o asociada al abordaje de otro nervio como el nervio axilar o circunflejo.

La técnica es sencilla, se palpa la espina de la escápula y se marca una línea que discurra desde la punta del acromion hasta su parte más distal en el borde medial de la escápula. Se palpa y se marca el borde inferior de la escápula trazando una línea desde ese punto hasta la apófisis coracoides paralela a la línea imaginaria que forman las apófisis espinosas de la columna vertebral que cruce la línea de la espina. En el ángulo del cuadrante supero-externo, se traza una bisectriz.

¿En qué casos se está aplicando y qué ventajas está mostrando como tratamiento respecto a lo que se conocía hasta que comenzaron a utilizarla?

La terapia de radiofrecuencia pulsada (PRF) se ha vuelto cada vez más popular en el tratamiento del dolor crónico de hombro debido a su larga duración de acción y método no destructivo.

La aplicación de la radiofrecuencia pulsada sobre el nervio supraescapular ha demostrado ser un método efectivo en el tratamiento del dolor de hombro, con una disminución del dolor que permite la rehabilitación de los pacientes. Por otro lado, evita las infiltraciones repetitivas con anestésicos locales y corticoides, no exentos de efectos indeseables.

Es una alternativa válida, efectiva y segura en el tratamiento del hombro doloroso resistente al resto de terapias. Precisa de un sistema para su aplicación y un entrenamiento específico para su manejo que es propio, en la actualidad, de unidades especializadas en el tratamiento del dolor crónico.

Su uso está orientado para una gran diversidad de causas de dolor crónico del hombro como patología del manguito rotador (rupturas tendinosas, calcificaciones tendinosas refractarias a otros tratamientos), síndrome de pinzamiento subacromial, capsulitis adhesiva, enfermedad degenerativa de la articulación del hombro (artrosis) y en el hombro doloroso de los pacientes hemipléjicos secundarios a accidentes vasculares cerebrales.

"La radiofrecuencia pulsada ofrece la ventaja de controlar el dolor sin la destrucción del tejido y sin las dolorosas secuelas asociadas a la radiofrecuencia convencional o continua"


Esta técnica innovadora muestra mejoras en el 70% de los pacientes, ¿cuál cree que es la mayor mejora que logra?

Su mayor logro es el control del dolor por largos periodos de tiempo, logrando un control descrito en algunos pacientes en promedio de 6 meses, aunque hemos logrados mejorías de hasta 12 meses. Al controlar el dolor, pueden progresar en los tratamientos con terapias físicas y cinesiterapia (terapias que incluyen la movilización) y así mejorar la discapacidad que presentaban por el mal control analgésico.

¿Cuántas sesiones le exige al paciente y en qué momento empieza a notar mejoría?

La sensación inicial de mejoría puede tardar de 1 a 3 semanas. El número de sesiones depende mucho de la patología o causa por la que se indicó, siendo necesaria, con frecuencia, una sesión cada 6 meses en casos de tendinopatías crónicas en las que se han agotado otras opciones de tratamiento.

¿Cuáles cree que pueden ser sus otras aplicaciones futuras a corto o medio plazo?

Considero que el futuro está, primero, en mejorar los patrones de identificación nerviosa en imágenes (progresar en ecografía 3D) y mejoras en los parámetros de prueba de sensibilidad y actividad motora. Además, hay que progresar en el estudio de mayores dianas terapéuticas en el hombro, así como se ha logrado avanzar en articulaciones como la rodilla.

La técnica debe estar disponible desde el primer momento e incentivar la formación para que cada día más profesionales puedan incorporarla como herramienta de trabajo rutinaria. También hay que ampliar los estudios de aquellos targets relacionados con el dolor neuropático.

A corto-mediano plazo, creo que la RFP tendrá un mayor uso en el tratamiento de patologías como la espasticidad y, probablemente, llegará a ser una de las herramientas de tratamiento de primera línea del dolor del hombro en el hemipléjico o como analgesia de postoperatorios mediatos de cirugías a nivel de esta articulación. Aún queda mucho por descubrir y mucho sobre lo que trabajar.

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