Eduardo Ortega Socorro. Guía de Isora (Tenerife)
“Dependiendo de cómo se use, la patente es algo que puede ser muy peligroso, puede suponer la
sojuzgación total de una sociedad. Una patente tiene valor cuando patenta algo, pero como arma de negocio está haciendo un daño enorme”.
Así de claro es Lluis Duocastella, CEO de iVascular, sobre el actual sistema de patentes que existe en Estados Unidos y Europa, con el que asegura no estar de acuerdo, dado que “solo favorece a las compañías americanas y nada más”, que están especialmente pertrechadas contra los litigios que se generan por los derechos de propiedad industrial. “Algunas de ellas, solo para litigar, tienen departamentos de 500 personas”, detalla.
El CEO de iVascular, Lluis Duocastella.
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Sin embargo, también quiere dejar claro que está “cien por cien de acuerdo con la patente como herramienta de protección intelectual, pero no como arma de protección de un negocio, porque esto se está convirtiendo en una forma de impedir hacer cosas a mucha gente”.
Lo que sí tiene claro el responsable de la compañía española dedicada a la creación y fabricación de productos y tecnología sanitaria destinada al ámbito cardiovascular, es cómo hay que afrontar la innovación y el negocio en un sector en el que las multinacionales estadounidenses son las que se han hecho con la mayor cuota del mercado.
“Antes yo trabajaba en una compañía cuya filosofía era de la ganar dinero: cuanto más, mejor. Pero, personalmente, mi concepto en la vida es que los proyectos se tienen que desarrollar y generar riqueza, pero para toda la gente que participa en él. Cuando comencé con iVascular, hace cuatro años, observé a mi alrededor al sector en el que trabajaba.
El beneficio del 75 por ciento de los dispositivos que utilizamos en España es para empresas americanas, es tecnología
made in USA. Este es el primer gran problema que tenemos. Con nuestros impuestos y las enfermedades de nuestros pacientes estamos dando beneficios a empresas que no invierten un duro aquí, en España. Esta fue una de las cosas que más me motivó, hacer
made in Spain y hecho por
spanish”.
A partir de esta premisa, Duocastella explica que decidió que la I+D de iVascular se organizara de forma vertical. “El concepto principal es tener un grupo de gente que, siendo cada uno muy especialista en lo suyo, trabaje de forma transversal. Esto es lo que hay que hacer hoy en día en investigación. Cuando empecé en el trabajo de la química me enseñaron que en el oficio hay que saberlo todo. Hoy en día no. Uno tiene que saber mucho de una materia en particular para poder aportar a un todo”.
Y añade que esto tiene “un objetivo muy claro: integrar a los médicos en el desarrollo de los productos, porque son una pieza importante de ellos”. Y lo cierto es que los proyectos en marcha lo demuestran. “Tenemos a más de 20 personas trabajando en I+D en nuestras instalaciones en Barcelona, pero también colaboramos con un grupo del CSIC del profesor Julio San Román, que nos ayuda en el diseño de tecnología. También cooperamos con la Universidad de Laval, en Quebec, que es una de que más innova en metales, y con la EcoleChimie de París y el Instituto Politécnico de Milán”.
Y además, mantiene el desarrollo preclínico de los productos en España, para ser más concretos en León, bajo los mandos de profesionales como Armando Pérez de Prado (jefe de sección de Cardiología del Hospital de León y de la Fundación Investigación Sanitaria de León), “con quienes hacemos toda la preclínica desde hace más de 12 años”.
Desde esta óptica, el responsable de la compañía de implantes coronarios lamenta algunas decisiones que se han tomado en el viejo continente a la hora de abordar la innovación desde la perspectiva empresarial. “Haber intentado implantar en Europa el concepto americano de ‘spin off’ es un error, tendríamos que haber cogido el de Israel, que es un tipo de
spin off protegido y tutelado por el propio estado. Y mucha gente desconoce que uno de los principales focos de investigación de dispositivos médicos es Israel”.
Un futuro en la Neurología y la Biotecnología
En la entrevista que Duocastella concede a Redacción Médica, habla orgulloso de los logros que ha conseguido iVascular en el tiempo que lleva en marcha la compañía. “En los cuatro años que llevamos en activo hemos hecho una gama completa en intervencionismo coronario y en periférico, y con la tecnología más avanzada. Lo hemos hecho bajo el concepto de que, como mínimo, sean iguales o superiores a los mejores que hay hoy en día en el mercado. No hay ninguna otra empresa en el mundo que haya desarrollado y comercializado 14 familias de productos en este tiempo”, afirma.
Además, mira con optimismo hacia el futuro. “Queremos ir implementando nuevos productos en el área coronaria y periférica, pero también estamos desarrollando novedades en neurología. Para ello estamos colaborando con algunos de los principales neurorradiólogos que hay en España”. Asimismo, iVascular quiere asomarse al mercado biotecnológico a través de su conocimiento de biopolímeros. De hecho, con este fin la compañía catalana creó recientemente su división LVD Biotech, “a través de la que trabajamos con la industria farmacéutica con el fin de desarrollar plataformas de liberación de fármacos. Es un campo que tiene un futuro enorme”, afirma.
Pero las ambiciones de Duocastella van mucho más allá. Aspira a entrar también en el sector de la industria básica, “para ser también proveedores de los que hoy en día son nuestros competidores”. Además, informa de que iVascular está desarrollando nuevas aleaciones de metales y nuevos recubrimientos hidrofílicos.
Visión global
Por otro lado, esté catalán con formación de químico informa de que su compañía tiene ambiciones globales. “Nos planteamos vender en todo el mundo. De hecho, a día de hoy solo el 40 por ciento de nuestro mercado es España, y en 2015 esperamos que solo suponga el 30 por ciento. No huimos del mercado nacional pero una empresa de tecnología como la nuestra que solo se enfoque hacia él no es viable”.
Con todo, también advierte de que iVascular no va a ser ajena a los efectos de la subida del IVA de los productos y las tecnologías sanitarias (cuyo tipo impositivo pasó del 10 por ciento al 21 por ciento en 2015). “Se nota, evidentemente. ¿Cuánto? Tendrá que pasar al menos medio año para valorarlo correctamente y poder cuantificarlo”.
Sin embargo, los mayores cambios en el sector del producto y la tecnología sanitaria están llegando de la mano de la crisis financiera que vive el sector y del cambio del modelo de sanidad de los países desarrollados. “Hay quien dice que se ha tocado fondo, pero yo creo que no. Antes de final de año, al menos cinco compañías europeas desaparecerán, y nos puede asombrar alguna de las que lo puede hacer”. Y lanza un aviso para navegantes: “esto va a crear un problema de concentración empresarial. Las compañías poderosas van a ser todavía más poderosas y la competitividad no se va a fomentar, sino que va a disminuir”.