"HeartLogic puede evitar la hospitalización por insuficiencia cardiaca"

Javier De Juan explica en qué consiste la herramienta que predice el deterioro de un paciente con esta enfermedad

Javier De Juan junto al resto del equipo del Hospital 12 de Octubre.

16 ene 2019. 09.20H
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POR MARÍA GARCÍA
La prevalencia de la insuficiencia cardiaca entre la población mayor de 75 años es de más del 10 por ciento. Además, todo parece indicar que el porcentaje va a ir en aumento durante los próximos años. Ahora, el Hospital 12 de Octubre ha probado con éxito un desfibrilador resincronizador automático que predice el deterioro de estos pacientes.

Javier De Juan, cardiólogo en dicho hospital, explica a Redacción Médica que este desfibrilador, cuya función es detectar y tratar arritmias, posee unos sensores que detectan parámetros asociados a la descompensación de  la insuficiencia cardiaca.

En total, son cinco los parámetros que capta: los ruidos cardiacos; la impedancia torácica, que mide, en cierta forma, el líquido que hay dentro de los pulmones; la frecuencia respiratoria; la actividad del paciente; y la frecuencia cardiaca nocturna.

“Estos cinco parámetros están asociados a la descompensación de la enfermedad, un problema muy importante relacionado con la insuficiencia cardiaca. Lo interesante que tiene es que es capaz de combinarlos todos dándoles diferentes pesos, para establecer un valor. Se ha validado prospectivamente, en un estudio adecuadamente diseñado para ello, que cuando el valor de alarma supera el umbral de 16, aumenta el riesgo de descompensación”, explica De Juan.

Aunque un valor superior a 16 no es sinónimo de descompensación, el cardiólogo afirma que es un “indicador de precaución”. Además, han visto que este algoritmo diagnóstico detecta cambios negativos en el estado del paciente 30 días antes de que aparezcan los síntomas. “Esto nos vale para estratificar el riesgo del paciente y para adelantarnos a una descompensación o, al menos, abordarla lo antes posible para poder manejarla de la mejor manera e intentar que no se complique más o que se hospitalice al paciente”, apunta el cardiólogo.

Conseguir reducir las hospitalizaciones


Evitar la hospitalización es de vital importancia, sobre todo porque la insuficiencia cardiaca afecta, en su mayoría, a personas de más de 65 años, que suelen ser más frágiles. Esto es así porque, tal y como explica Javier De Juan, esta enfermedad es, en gran parte, consecuencia de la cronificación. “Es una de las pocas patologías cardiológicas que continúan creciendo. Esto es, en gran parte, por culpa de los médicos, porque hemos mejorado la asistencia de los pacientes, de tal manera que cada día se mueren menos infartos o de otras complicaciones, pero se cronifican. Y la insuficiencia cardiaca es una consecuencia, hasta el punto de que la descompensación es la primera causa de ingreso en paciente adultos en cualquier hospital de España”, asegura.

"La insuficiencia cardiaca supone entre el 2 y 3% del presupuesto sanitario"

Además, el cardiólogo del Hospital 12 de Octubre apunta a los costes económicos que esto implica para el Sistema Nacional de Salud (SNS): la insuficiencia cardiaca supone entre el dos y el tres por ciento del presupuesto sanitario.

A día de hoy, Javier De Juan explica que su hospital intenta abordar el riesgo de descompensación desde dos vías. “Por una parte, hacemos el esfuerzo en formar y educar al paciente en qué es su enfermedad, cómo funciona, qué cosas se deben evitar, y qué signos o síntomas tiene que identificar que le ayuden a empezar a ver que la enfermedad se le está descontrolando. Por otra, están las visitas clínicas en las que vamos valorando aspectos clínicos y de la analítica. Pero claro, las visitas están espaciadas en el tiempo, y el paciente se puede descontrolar en cualquier momento. Esa herramienta, llamada HeartLogic, ayuda, es un vigilante más, un refuerzo en identificar estas compensaciones", señala.

Buena experiencia


El Hospital 12 de Octubre comenzó a utilizar esta herramienta, de Boston Scientific, junto a otros hospitales nacionales en junio de 2018. De Juan explica que, desde entonces, han incorporado 15 pacientes y, poco a poco, irán aumentando el número. “Lo cierto es que la experiencia hasta ahora está siendo buena. En la inmensa mayoría ha habido algún grado de descompensación asociada; es decir, que la alarma ha coincidido con un empeoramiento en la clínica del paciente. En muchos casos ha sido sutil y no ha llegado a precisar ingresos o complicaciones mayores, pero sí es cierto que cuando nos ha llegado la alarma de riesgo de descompensación de pacientes, les hemos llamado, les hemos ajustado la medicación e incluso los hemos visto en consulta. Posiblemente esto ha evitado que haya ido a más”, vaticina.

“Hasta ahora, lo que tenemos evidenciado es que ayuda a predecir la descompensación por insuficiencia cardiaca. Todavía tenemos que coger experiencia en ver si esa previsión de la enfermedad, a raíz de distintas actuaciones que nosotros hagamos (ajuste de medicación, verlo en consulta, etc) nos ayuda a disminuir los ingresos. Eso sería lo que confirmaría la utilidad de la aplicación y lo que realmente la expandiría más”, concluye De Juan. 


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