Antes de que el Parlamento británico echase el cierre hasta mediados de octubre, tras una maniobra en la que el primer ministro
Boris Johnson se aferró a una añeja prerrogativa regia para forzar su clausura, la Cámara de los Comunes presionó al Gobierno a publicar
el texto de la “Operación Yellowhammer”. Se trata de un documento interno en el que el Ejecutivo realiza un análisis de
las consecuencias de una salida sin acuerdo de la Unión Europea (UE), considerado como el peor de los escenarios, y en el que subraya
una serie de riesgos sanitarios evidentes que afectarán a los ciudadanos británicos.
El informe es consciente de que los habitantes de las islas
“perderán su ciudadanía de la UE” y, como resultado, sus “derechos asociados y de acceso a los servicios públicos”. También advierte de que tanto la Comisión Europea como los estados miembros, a título individual,
no han acordado “extender los acuerdos sanitarios” que mantienen con el Reino Unido y, además, “rechazan las ofertas británicas para financiar tratamientos”.
Existe un riesgo de "interrupción" en los tratamientos sanitarios
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En consecuencia, para que
los británicos en suelo europeo puedan seguir beneficiándose de la atención médica que reciben, o incluso para optar a por un seguro privado,
deberán demostrar que residen o trabajan en el país en el que se encuentren.
De hecho, el documento destaca que, de producirse un divorcio abrupto, los estados europeos seguirán tratando a los
pacientes con necesidades urgentes aunque, muy probablemente,
les exigirá “que paguen posteriormente” por los servicios sanitarios de los que se han beneficiado.
Por este motivo, dado que muchas de las personas no podrán hacer frente a estos costes,
“existe un riesgo de interrupción” en los tratamientos y asistencia sanitaria y, por extensión, un riesgo para la salud de los ciudadanos británicos.
Desabastecimiento de medicamentos en Gibraltar
Por otro lado, Reino Unido es consciente de que un Brexit sin acuerdo supone un endurecimiento de los controles en la frontera de España con
Gibraltar, dado que sería tomado en consideración como un tercer país. Por ello, el Peñón verá
“una interrupción en el suministro de bienes (incluidos alimentos) y de medicamentos”.
De este modo esperan
colapsos en el tráfico de la frontera que superen, de media, las cuatro horas para toda aquella persona que desee cruzarla. Si los entaponamientos se producen durante un largo periodo de tiempo,
Reino Unido alerta de las consecuencias negativas que ello tendrá en la economía gibraltareña, muy dependiente del tráfico de empleados y mercancías que provienen desde España.
Asimismo, el informe advierte de que Gibraltar, a pesar de que la posibilidad de un Brexit sin acuerdo cada vez es más evidente,
“aún no ha tomado la decisión de invertir en infraestructuras de contingencia” contra el colapso fronterizo.
Enfermedades animales que pueden infectar a los humanos
En este escenario, el suministro de medicamentos de uso veterinario en el Reino Unido se vería mermado considerablemente. Así, advierte el informe, “
reduciría nuestra capacidad para prevenir y controlar brotes de enfermedades, con posibles efectos perjudiciales para la salud y el bienestar animal”.
Pero esta cuestión no es baladí, dado que de perder capacidad resolutiva y de control sobre patógenos animales, muchas de estas enfermedades
“pueden impactar directamente en la salud humana”.
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