Una tesis doctoral defendida por una investigadora de la Escuela Andaluza de Salud Pública ha concluído que la personas mayores de 65 años que reciben atención y viven en sus domicilios tienen una esperanza de vida muy superior a las están internas en residencias. En concreto, la atención residencial incrementa el riesgo de morir un 52 por ciento frente a la atención domiciliaria.
La tesis, que ha estado dirigida por profesores de las Universidades de Jaén y Granada y de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía, ha recibido la calificación de sobresaliente cum laude. Para llevar a cabo el estudio de campo, la investigadora, Sandra Pinzón, utilizó los datos de la red de dependencia de Andalucía, relativos 206.150 personas. La autora excluyó del estudio a las personas que habían cambiado de entorno asistencial (de domicilio a residencia o viceversa), por lo que la población analizada se compuso de 200.039 personas, de las que el 71 por ciento eran mujeres.
El análisis de la mortalidad de esta población mostró que las mujeres que viven en residencias tienen un riesgo de morir un 52 por ciento menor, y que el riesgo se incrementa un 5,5 por ciento por cada año de edad en las mujeres frente a un 4,3 por ciento en hombres. Respecto a las condiciones clínicas, el riesgo de muerte se incrementa sobre todo por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el cáncer. En concreto, la incidencia de la primera crece un 42 por ciento en el caso de las mujeres y un 25 por ciento en el de los hombres; mientras que el cáncer aumenta un 73 por ciento en mujeres y un 35 por ciento en hombres.
Según este estudio, la gran mayoría de los hombres y mujeres mayores de 65 años inscrito en el registro de la dependencia prefieren vivir en sus casa; un 87 por ciento (mujeres) y un 85 por ciento (hombres). El cuidado familiar se mantiene como la opción de preferencia para las personas mayores durante el período estudiado (2007 al 2012), aunque los servicios de ayuda a domicilio muestran un importante incremento, al pasar del 6,2 por ciento en 2007 al 27,3 por ciento en 2012.
Las universidades consideran que de las conclusiones se pueden extraer aportaciones sobre la mortalidad y morbilidad en mayores con cierto grado de dependencia, además de consideraciones bioéticas y recomendaciones para la definición de las políticas públicas en materia de dependencia. En concreto, piensan que el objetivo debería ser fomentar la asistencia en domicilio frente al ingreso en residencias.
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