España encarrila el último tramo de la campaña de vacunación,
mucho "más lento" que los anteriores, según los vacunólogos, debido al tándem que conforman la
falta de priorización y la llegada del
periodo vacacional.
Algunas comunidades autónomas como
Cataluña y el País Vasco han optado por desmarcarse de los protocolos pactados con el resto de comunidades en el seno del Consejo Interterritorial del SNS y
reducir de seis a dos meses el plazo de tiempo para vacunar a aquellas personas que acaban de superar la enfermedad.
Algo que, a ojos de la Asociación Española de Vacunología podría traer
beneficios a la hora de
proteger "antes" a las personas recuperadas y contribuir a aumentar el
número de población protegida. "Bien para él y bien para todos porque se va a tener que vacunar", asegura Jaime Jesús Pérez.
Como vocal del organismo, descarta que dicha medida pueda llegar a trastocar la Estrategia de vacunación, puesto que ahora
"hay dosis suficientes" y no es necesario "racionar". "Siempre va a ser más prioritario vacunar a una persona que no haya pasado la enfermedad que a una que sí la haya pasado. Pero ahora mismo tenemos dosis para lo uno y lo otro", detalla, convencido de que el problema actual es que
"no hay gente suficiente para vacunar".
De hecho, vacunar a este colectivo podría llegar a ser una
ventaja al cubrir las "citas desiertas" que están registrando gran parte de las comunidades autónomas. Pérez asegura que hay "un buen número de citas sin coger" en este mes, ya que la gente prioriza las vacaciones.
Aún así, es
"normal" que se ralentice el ritmo en los últimos tramos frente al inicio de la campaña de vacunación, con "mayor número de demantantes". "El
40 por ciento final es mucho más lento", detalla, no solo en la vacunación general sino también dentro de los propios grupos de edad, donde a partir del 50 por ciento de inmunización, las "prisas" por recibir el pinchazo bajan notablemente.
Sanidad, en contra de posibles modificaciones
En casos más concretos, adelantar la dosis, podría resultar positivo para aquellas personas con
dificultades a la hora de "justificar su positivo", por ejemplo, al ser diagnosticadas con un
test de antígenos. Estos pacientes, explica se encuentran en "tierra de nadie" ya que, por un lado, no pueden "conseguir el
certificado de recuperación Covid-19" y por otro, no pueden recibir el tratamiento hasta dentro de medio año.
Por ello, espera que próximamente
sean más las comunidades que se unan a Cataluña y País Vasco en la modificación del calendario y la decisión poco a poco, acabe por ser
algo general al conjunto de España.
Tras conocerse la decisión unilateral de estas dos comunidades, el Ministerio de Sanidad se aferra, sin embargo, a los estipulado en la Estrategia de Vacunación nacional. Desde Sanidad se remiten a este protocolo y sus sucesivas actualizaciones, que son elaboradas por la Ponencia de Vacunas, representada por expertos técnicos, y debatidas y votadas por la Comisión de Salud Pública, "en la que están representadas todas las comunidades autónomas", según explican fuentes del departamento que dirige Carolina Darias a Redacción Médica.
Por eso, el ministerio insiste en que "cualquier novedad que se produjera en la Estrategia se os comunicará como es habitual por los canales oficiales habituales", lo que deja a Cataluña y País Vasco sin el amparo del Gobierno central en esta decisión.
"Uso eficiente de recursos"
En cualquier caso, posponer la vacunación de los que han pasado la enfermedad supone una
preferencia y no una obligación en la estrategia contemplada por Sanidad, puntualiza Pérez. "Se trata de una cuestión del uso eficiente de recursos y de la priorización", matiza, a favor de que las personas que se hayan contagiado, a pesar de tener una protección "bastante alta",
reciban al menos una dosis del fármaco "cuanto antes" ya que la inmunidad "no es total".
"No es que haya que esperar 6 meses para vacunar sino que sabemos que esa población está protegida al menos ese periodo y disponemos de ese plazo para
emplear las dosis en otras personas más desprotegidas", aclara el portavoz. Por esta razón, el ministerio decidió vacunar a los mayores de 65 años a pesar de haber contraído previamente el virus ante la posibilidad de un nuevo contagio en forma grave.
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