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Las cinco dudas del CSIC sobre las actuales vacunas contra el Covid-19

El Consejo destaca las posibles "limitaciones" en su capacidad inmunizadora

Rosa Menéndez López, presidenta del Csic.

30 mar 2021. 13.20H
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Apenas han sido necesarios algunos meses para obtener vacunas efectivas contra el coronavirus, algo que, en condiciones normales, habría llevado años de investigación y desarrollo. De hecho, lo habitual es que el proceso se dilate durante una década, señala el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic), que apunta a que, desde un punto de vista técnico y científico, algunas incertidumbres rodean a los fármacos más avanzados para contener el Covid-19.

En su libro “Una visión global de la pandemia Covid-19: qué sabemos y qué estamos investigando desde el Cscic”, que acaba de ser publicado, el Consejo hace referencia a cinco “limitaciones” de las actuales vacunas. La primera de ellas radica en el hecho de que todas ellas incluyen la proteína S como antígeno, pues existe la posibilidad de que “para una inmunidad más potente se necesiten más proteínas del virus” que no están incluidas en las fórmulas más avanzadas.

Por otro lado, el Cscic destaca que, en general, los datos preclínicos de eficacia se han obtenido con modelos animales, “que no son los mejores para el SARS-CoV-2” dado que la infección “no causa una enfermedad muy leve o no enferman en absoluto”. “La causa principal ha sido que el mejor modelo animal a día de hoy, los ratones transgénicos que expresan la ACE2 humana (TghACE2), sólo ha estado disponible para la comunidad científica a partir de agosto de 2020”, recoge el libro, que ha sido coordinado por M.Victoria Moreno-Arribas y Jesús Marco de Lucas.

A este hecho hay que sumar que, en general, en estos modelos animales se observó una disminución del daño en el pulmón y de los signos de la enfermedad, “pero no se obtuvo inmunidad esterilizante dado que el virus se seguía detectando, por ejemplo, en fosas nasales”.  Dichos datos abren la posibilidad, según el Csic, de que estas vacunas “no protejan eficazmente de la infección, y por tanto se siga dando transmisión del virus desde individuos vacunados”.


Anticuerpos suficientes para la inmunidad duradera


Otro de los aspectos que generan dudas entre los investigadores del Csic radica en el hecho de que, aunque en general las vacunas más avanzadas “inducen buenos niveles de anticuerpos neutralizantes”, se desconoce en la actualidad si serán “suficientes para inducir inmunidad duradera”. Además, señala que en general se han analizado “con poco detalle las respuestas de células T”, que en muchos casos “eran débiles”.

“Cuando se ha analizado, se ha visto un sesgo por respuestas Th1, lo que se ha considerado como algo positivo dado que un sesgo Th2 se relaciona con un aumento de la enfermedad a causa de la infección”, apunta.

Finalmente, el Consejo destaca que las vacunas que se están administrando actualmente contemplan la administración intramuscular. “Sin embargo, se sabe que otras vías, como por ejemplo la intranasal, son más eficaces para conseguir inmunidad en mucosas y, por tanto, para evitar no sólo la enfermedad sino también la infección”, incide. De hecho, varios candidatos vacunales en desarrollo están empezando ensayos clínicos para administración oral o intranasal.

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