¿Qué ocurre con aquellos pacientes que muestran una reacción de
hipersensibilidad inmediata a la primera dosis de la vacuna frente al Covid-19? Esta es la cuestión analizada por investigadores de la Universidad de
Rochester que apuntan a
no negar de forma automática la segunda dosis y
derivar al paciente a Inmunología, para que así un especialiste evalúe y ofrezca un tratamiento adicional.
El estudio,
publicado en Annals of Internal Medicine, señala que "aunque el mecanismo de la reacción de hipersensibilidad a las vacunas de ARN mensajero es incierto, las pruebas cutáneas pueden orientar la administración". Así, señalan que la
segunda dosis de la vacuna Covid-19 de Moderna se puede administrar de forma segura a través de "
un protocolo de dosificación gradual a personas que tienen síntomas consistentes con una reacción de hipersensibilidad inmediata a la dosis, lo que resulta en anticuerpos protectores".
Los casos de hipersensibilidad a este fármaco son de 5 y 2,8 casos por millón de dosis para las
vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna, respectivamente. Así, el volumen de pacientes que experimentan
anafilaxia es considerablemente superior que a las otras vacunas frente al coronavirus existentes, 1,3 casos por millón. Ante esta situación de "incertidumbre", el objetivo del estudio ha sido plantear una solución segura a los pacientes y señalan que es necesario investigar más si con una sola dosis estarían suficientemente protegidos.
Análisis de dos casos de hipersensibilidad a Moderna
Para realizarlo, los investigadores han analizado dos casos. El primero es una paciente de 64 años con antecedentes de alergia al marisco que recibió la vacuna Covid-19 de Moderna el pasado mes de diciembre. Tras 10 minutos, la
paciente presentó prurito generalizado, urticaria y taquicardia autoinformada, pero no angioedema, síntomas respiratorios o gastrointestinales ni hipotensión. Fue evaluada por el profesional sanitario y tratada con 50 mg de
difenhidramina oral. Sus síntomas se resolvieron en
90 minutos.
El segundo caso analizado es el de una mujer de 39 años con antecedentes de
rinitis alérgica quien recibió la dosis
primera dosis de Moderna el pasado mes de enero. En 15 minutos desarrolló urticaria de tórax y cuello y el personal sanitario le administró 25 mg de difenhidramina oral, pero desarrolló un
angioedema facial leve dentro de los 30 minutos posteriores. Por este motivo, trasladaron a la paciente a urgencias donde recibió
20 mg de famotidina intravenosa y
125 mg de metilprednisolona sin mayor progresión de los síntomas durante 2 horas de observación.
Estos dos casos clínicos fueron derivados a S. Shahzad Mustafa, Allison Ramsey y Mary L. Staicu para realizar una evaluación adicional con motivo del estudio. El equipo de investigadores realizaron pruebas de punción cutánea e intradérmicas con
polietilenglicol, polisorbato y la vacuna Moderna. Los resultados fueron negativos a alergias para todos los componentes en ambos pacientes, mientras que ambos pacientes tuvieron resultados positivos en las
pruebas intradérmicas con la vacuna Moderna.
Dosificación escalonada de la segunda dosis de la vacuna Covid-19
Con el consentimiento de las dos pacientes, administraron la segunda dosis a través de un protocolo de dosificación escalonada en cinco inyecciones con un
intervalo de 15 minutos cada una. Mientras que la primera paciente no presentó síntomas, la segunda refirió prurito después de la segunda y quinta dosis, pero se resolvió sin necesidad de intervención médica ni tratamiento.
Ninguna de ellas informaron síntomas adicionales durante las siguientes 24 horas. A su vez, a la tercera semana tras recibir esta segunda dosis presentaron anticuerpos IgG dirigidos contra la proteína de pico de Covid-19, lo que sugiere que la
vacunación fue eficaz a pesar del protocolo de dosificación gradual.
PProtocolo para la administración gradual de la segunda dosis de la vacuna COVID-19 Moderna, publicado en el estudio de S. Shahzad Mustafa, Allison Ramsey y Mary L. Staicu.
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