Las guardias de 24 horas que realizan los médicos en Urgencias
están en el punto de mira por los efectos adversos que provocan en su salud. A raíz de esto, la facultativa Sara de Antonio Feu está llevando a cabo una encuesta para demostrar cómo estas jornadas intensivas afectan de manera negativa a los sanitarios en base a que, en el pasado, la privación del sueño fue motivo de tortura y de muerte prematura.
La especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el Centro de Salud Virgen del Cortijo de Madrid está investigando sobre
el impacto de la privación de sueño en la calidad de vida de los médicos que hacen guardias. Todo ello a través de una encuesta online activa hasta finales de mes que ya cuenta con 800 respuestas según ha confirmado De Antonio a
Redacción Médica.
Los efectos negativos de las guardias
La facultativa ha explicado que, en
las guardias de 24 horas, "los niveles de
cortisol y adrenalina se elevan de forma considerable por el estrés y la imperatividad de tener que estar alerta".
Para participar en la encuesta pincha aquí.
Según la médica de Medicina Familiar y Comunitaria, los niveles elevados de cortisol mantenidos durante mucho tiempo "generan
aumento de peso, elevación de la tensión arterial, elevación de niveles de glucosa basal,
trastornos del sueño, ansiedad, depresión e
inmunodepresión, lo que aumenta el riesgo de infecciones y cáncer. Además, incrementa el riesgo de reagudización de enfermedades crónicas".
Para acabar con estos problemas de salud, la sanitaria ha señalado que "la medida más eficaz que se puede tomar para mejorar la calidad de vida de los médicos es
abolir los turnos de 24 horas y hacer turnos de trabajo de un máximo de 12 horas seguidas".
¿Cómo surgió la idea de realizar la encuesta?
Su idea de llevar a cabo la investigación viene de lejos, concretamente del momento en el que estaba haciendo el MIR realizando unas cinco jornadas continuadas al mes. "Durante este periodo vital,
me di cuenta de los efectos dañinos que tenían las guardias sobre mi salud y la de algunos compañeros, que llegaban a las siete o nueve mensuales".
La médica ha señalado que hay varios motivos, aparte de "la falta de sueño", que convierten a las guardias en jornadas dañinas para la salud de los sanitarios. "A ella se suma el
estrés por la imprevisibilidad, el constante ajetreo,
la alta presión asistencial, la hostilidad del ambiente y la gravedad de algunos casos".
A ello se añade, según la creadora de la encuesta, cuantas más horas pasan los médicos de guardia más opciones hay de cometer una negligencia. "Con el paso del tiempo, tanto yo como algunos compañeros, empezábamos a "desfrontalizarnos". Esto quiere decir,
desinhibición, pérdida de interés, anestesia emocional, pérdida de atención...".
Por todo esto, De Antonio tomó la decisión de no volver en
Urgencias a pesar de ser una de sus zonas favoritas del hospital. "
Rechazo el tener que trabajar durante las horas de sueño, una función vital básica y un derecho fundamental".
La privación del sueño como tortura
La facultativa ha concluido, en resumen, que
hacer guardias de 24 horas "no es sano". "De hecho, si nos remontamos a muchos años atrás, la privación del sueño era un método de tortura", ha añadido.
En esta línea, De Antonio ha comentado que el primer caso documentado de privación del sueño se produjo en el 256 a.C. "Un cónsul romano llamado Marco Atilio fue entregado a los cartagineses y
lo torturaron, entre otras cosas, con privación de sueño hasta que falleció".
Otro caso de privación del sueño, según la misma fuente, es el que protagonizó
Honoré de Balzac. "Tenía la rutina diaria de dormir por la tarde, despertaba a media noche y trabajaba hasta la tarde del día siguiente; pasaba toda esta jornada bebiendo o mascando granos de café de forma compulsiva. En ocasiones llegó a trabajar unas 15 horas seguidas.En su caso, sus decisiones no ponían en juego la salud de nadie y este estilo de vida fue por elección, no por imposición.
Murió a los 51 años de edad".
Metodología de la encuesta
El análisis que pretende completar la médica "observa, entre muchas otras cosas, datos sociodemográficos de los participantes, en qué comunidad autónoma trabajan, especialidad,
cuántos años llevan haciendo guardias, ingesta hídrica durante las guardias, comidas durante éstas, qué se hace al salir de guardia,
patologías físicas o mentales exacerbadas o precipitadas por el estrés de las guardias y tipos de
errores cometidos por la falta de sueño".
En esta línea, el objetivo que se marca De Antonio es que el grupo de encuestados sea
"lo más heterogéneo posible" para poder disponer de datos de facultativos "de todas las franjas de edad, sexo, años haciendo guardias, especialidad...".
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