Javier Barbado. Sevilla
Un modelo hospitalario inédito en España, y puesto en práctica en seis hospitales andaluces, que sectoriza a los pacientes por alas del centro en función de su localidad de procedencia para que los atienda el mismo equipo sanitario, ha probado una reducción de la mortalidad del 4 por ciento además de disminuciones del reingreso y de la estancia en el centro.
Antonio Fernández, jefe del Servicio de Medicina Interna del San Juan de Dios del Aljarafe de Bormujos (Sevilla).
|
El esquema de trabajo tan exitoso incluye la relación estrecha entre el médico de cabecera de cada paciente, el que lo atiende en su centro de salud, y el llamado internista de referencia, que lo asigna el jefe del Servicio del hospital en función de la cantidad de demanda y de su localización geográfica, tal como lo ha contado a Redacción Médica el responsable de Medicina Interna en el San Juan de Dios del Aljarafe de Sevilla, pionero en implantarlo junto con otros cinco centros, entre ellos el Juan Ramón Jiménez y el Virgen del Rocío.
El estudio Impacto –como se le ha bautizado– se ha hecho a partir de una cohorte de pacientes preseleccionada, por lo general cumplidores del perfil predominante en la especialidad (añoso y pluripatológico), a la que se hizo un seguimiento como grupo control, durante un año, para medir las variables antes mencionadas, de forma que se registró un 34,6 por ciento de mortalidad en ese periodo.
Después, se hizo lo propio con otra cohorte de pacientes similares pero atendidos en los seis hospitales donde se ha aplicado, en los últimos cinco años, tanto la sectorización por alas del centro en función de la procedencia del enfermo, como el refuerzo del contacto (presencial y telefónico o incluso telemático) entre su médico de familia y el internista de referencia que le corresponda.
Por último, se compararon ambos resultados y se demostró que, en efecto, estos últimos pacientes morían en menor número (4 por ciento menos), reingresaban menos y permanecían menos tiempo en el hospital.
Población y derivaciones condiciona quién es su internista de referencia
“Tenemos una disposición de internistas por localidades a partir de dos criterios: el número de pacientes que ingresan en el hospital de esa localidad, y el número de derivaciones a consulta desde ésta al centro hospitalario; a partir de ambas situaciones, hemos asignado internistas a localidades, de modo que las hay con tres de referencia y otras con solo uno en función del volumen de población, número de ingresos en ella o de derivaciones”, ha explicado Fernández.
De este modo, el médico de familia de un centro de salud y su internista de referencia se coordinan para que sus enfermos sean vistos por ambos en Primaria y Especializada (tanto en consultas externas como en planta). Si a esto se le añade la distribución sectorial de los enfermos al llegar al hospital en función de la localidad de procedencia, también se consigue que los enfermeros, por ejemplo, que los atienden sean siempre los mismos. “El equipo de enfermeros conoce el ámbito sociosanitario de esos pacientes y se relaciona, a su vez, con los sanitarios que seguirán al paciente fuera del hospital”, ha añadido.
ENLACE RELACIONADO:
El San Juan de Dios de Aljarafe, premiado por su manejo del crónico (16/04/13)