Sandra Melgarejo / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Madrid
Uno de los principales caballos de batalla de la electrofisiología cardiaca era conseguir mejores señales eléctricas del corazón sin perjudicar al tratamiento. “Desde hace 20 años, no solo diagnosticamos las arritmias a través de catéteres sino que, además, las tratamos mediante ablación, es decir, anulando la parte del corazón donde se originan”, explica Jesús Almendral, director del Centro Integral de Enfermedades Cardiovasculares (CIEC) de HM Hospitales.
Cómo funciona Intella Tip Mifi.
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Lo que ocurre es que cuanto menor sea la distancia entre los electrodos, mayor es la fiabilidad del registro de la actividad eléctrica, pero, al mismo tiempo, para poder llevar a cabo la ablación es necesario que la punta del catéter tenga alrededor de cuatro milímetros. “Los electrofisiólogos llevamos 20 años luchando contra estos dos intereses contrapuestos”, indica Almendral.
La nueva tecnología Intella Tip Mifi de Boston Scientific aporta una solución al problema: la punta del catéter de ablación integra tres minielectrodos que aumentan las propiedades de localización, validan las características del tejido tratado y proporcionan información a tiempo real sobre la eficacia de la ablación durante el procedimiento. “Se ha conseguido resolver la incompatibilidad que había entre tener un electrodo lo más pequeño posible para producir la señal, pero lo suficientemente grande como para realizar el tratamiento. Integra en el mismo extremo del catéter una señal excelente sin comprometer el tamaño necesario para producir la ablación y curar las arritmias”, afirma el director del CIEC.
La seguridad de la tecnología.
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El Hospital HM Montepríncipe fue el primero que utilizó esta técnica en nuestro país, en junio de 2014. Desde entonces, ya se han tratado a cerca de 70 pacientes en unos 15 centros de toda España. Según Almendral, esta técnica se puede emplear en cualquier arritmia, pero “hay que validar en qué situaciones puede tener un valor añadido mayor”. Hasta la fecha, se ha utilizado en sustratos arrítmicos simples, como el flutter auricular, taquicardias por vías accesorias y taquicardias auriculares. “Progresivamente, se irá extendiendo a otro tipo de arritmias, como la fibrilación auricular, un gran desafío porque es la más compleja”, indica el especialista.
“Los minielectrodos permiten ver mejor las características del tejido del corazón y ayudan a interpretar mejor la arritmia. Este catéter aportará más valor en los casos donde sea más crítico definir el punto concreto del corazón que se debe tratar”, señala Almendral. En este sentido, una mejor señal, que ofrezca información precisa acerca de la localización de la arritmia y de cómo está el tejido, evitará intervenciones posteriores. “Hay casos en los que fracasamos o en los que hay que repetir el procedimiento una segunda o tercera vez. Esperamos que eso se pueda ir reduciendo”, concluye.