“Las vacunas contienen productos que no quiero que estén en los cuerpos de mis pequeños". Así se ha defendido una madre vegana de dos niños británicos que ha sido sentenciada por un juez a inmunizarlos. "No es natural inyectarse metales. Va en contra de mis creencias pinchar a mis hijos con productos que vienen de células animales o que han sido testadas en ellos”. La sentencia, de Reino Unido, ha sido publicada por diversos medios ingleses.
Los veganos evitan matar, dañar y explotar a los animales. No se visten con lana, con cuero ni con cualquier tipo de piel animal; no cazan ni pescan. Y solo comen semillas, legumbres, vegetales, algas y fruta.
En su resolución, el magistrado de la Corte Suprema británica, explica que la acusada tuvo la intención de llevar como testigo a un médico que apoyara sus teorías, pero que no encontró a ninguno dispuesto a hacerlo.
Durante el juicio, la madre aseguró ante el juez que sus dos vástagos estaban "muy sanos", porque solo se alimentaban "de productos naturales”. Para ella, según explicó en el juzgado, “las vacunas producen más riesgos que beneficios”. El magistrado, que con su dictamen ha respaldado al padre, concluyó que “inmunizar a los niños contra la difteria, polio, meningitis, varicela o rubéola es la mejor opción”.
En la sentencia, el juez concluye: “Tengo serias preocupaciones en cuanto a su capacidad de ver objetivamente y de manera imparcial la vacunación”.
En 2013, otro juez británico obligó a dos pequeñas a vacunarse a pesar de las reticencias de la madre. Y a principios de este año, otro magistrado sentenció que un bebé de siete meses fuera vacunado.
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