El acoso sexual es generalizado en la investigación médica. Esta es la principal conclusión de un informe publicado por las Academias de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos. El análisis concluye que las medidas implantadas para combatir este problema son ineficaces lo que provoca una fuga de investigadores y daña sus carreras profesionales.
"El efecto acumulativo que produce el acoso sexual en los investigadores es extremadamente perjudicial", ha señalado Paula Johnson, copresidenta del comité que redactó el informe. Este estudio surge tras el movimiento #MeToo que lucha contra el acoso y la agresión sexual. En Estados Unidos, existe una ley federal que supone el principal mecanismo para denuncia el acoso en los campus, sin embargo, no ha reducido su incidencia.
Entre las recomendaciones que propone el informe destaca la necesidad de que las instituciones de investigación actúen para reducir la diferencia de poder entre los estudiantes y los miembros de la facultad mediante asesoramiento grupal y equiparar el acoso sexual con la mala conducta en la investigación. También insta al Gobierno a prohibir la confidencialidad en los acuerdos de solución, de modo que los hostigadores no puedan cambiar de trabajo sin que su nuevo jefe tenga conocimiento del comportamiento pasado.
Afectan al desarrollo profesional
Todos los tipos de hostigamiento pueden resultar "corrosivos" para el desarrollo profesional de los científicos. "Una mujer que había sido violada por un compañero abandonó la investigación", explica el informe. También destacan la experiencia de otro hombre que había sido reprendido por su decano y esta experiencia hizo que pensase que jamás se convertiría en profesor titular.
Tipos de acoso
Según se desprende del estudio, el tipo más común de acoso sexual es el de género. En este sentido, el comportamiento más habitual hacia las mujeres es la humillación. Asimismo, destacan otros tipos de acoso: atención sexual no deseada y coacción sexual. En el caso de las mujeres con color, experimentan tasas más altas de acoso, al igual que las personas de grupos minoritarios sexuales y de género.
En el caso de los hombres, estos también experimentan acoso sexual aunque en menor medida. Un estudio de 2016 señaló que las estudiantes de una universidad pública tenían 1,6 veces más probabilidades de haber sido acosadas que los chicos. En el caso del estudio de las academias, detectó que el 20 por ciento de las estudiantes de ciencias de la Universidad de Texas informaron de haber sido acosadas por miembros de la facultad.
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