El Gobierno está dispuesto a frenar la temporalidad en la sanidad española. El ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, ha indicado que el objetivo es alcanzar una
tasa de temporalidad inferior al 8 por ciento en el conjunto de las administraciones públicas y que su compromiso es que, antes de verano, las CCAA, entes locales y sindicatos “alcancemos un acuerdo sobre todas estas cuestiones”. Sindicatos como
UGT no han tardado en reaccionar a las palabras del ministro.
“A la temporalidad hay que ponerle remedio.
Ese 46 por ciento de temporalidad en el ámbito sanitario es insoportable. Estas cifras son de enero de 2020. Posiblemente, con la pandemia, se haya elevado hasta el 50 por ciento”, subraya
Gracia Álvarez, secretaria de Salud, Servicios Sociosanitarios y Dependencia de FeSP-UGT, a
Redacción Médica.
Para que estos datos no sigan creciendo, el sindicato propone una modificación del Estatuto Marco. “El
Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) afecta a todas las administraciones públicas. La temporalidad no solo es un problema de sanidad, pero hablan del 30 por ciento de temporalidad en el conjunto de las CCAA cuando
en Sanidad es mucho más”, matiza.
UGT reclama que, cuando un profesional esté ocupando un puesto de trabajo más de X tiempo, tiene que
ser considerada una plaza estructural. “En este punto tienen que poner una corrección legal. Esto afecta a todos los empleados públicos y no solo a sanidad, aunque es donde más se esté viendo”, señala la secretaria de Salud.
Precisamente esta idea entra en los planes del Gobierno, ya que, según informó este jueves Miquel Iceta, el objetivo es que en
un plazo máximo de tres años las autonomías cubran de forma obligatoria las plazas ocupadas por sanitarios sin contrato fijo. Además, insiste en que es necesario poner
límites a la tasa de reposición.
Jubilación parcial con contrato de relevo
Otra de las peticiones del sindicato es la
jubilación parcial con contrato de relevo, con el objetivo de no salir de la vida laboral de una forma
“brusca”. “Es muy buena idea que trabajen juntas personas jóvenes, con más capacidad en temas de digitalización, con personas con una experiencia y una bagaje que no se tiene que desperdiciar”, apunta Álvarez, que considera que sería “una convivencia enriquecedora”.
Por otro lado, Gracia Álvarez critica que se debería tener más en cuenta la salud de los trabajadores y que estos tendrían que llegar a la edad de jubilación en
circunstancias más favorables. “Se podría empezar a hacer una
reducción progresiva a partir de los 60 años. El ámbito sanitario tiene un importante componente vocacional, por lo que cuesta irse para siempre y cerrar la puerta. Hay mucho trabajo que, a partir de determinada edad,
se podría hacer como educación sanitaria”, concluye la secretaria de Salud, Servicios Sociosanitarios y Dependencia de FeSP-UGT.
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