En tiempos de redes sociales y rencores,
nadie está a salvo de la ira tuitera. La última víctima ha sido Salvador Casado, médico de Familia y conocido tuitero y bloguero, que ha sufrido en sus propias carnes el desprecio de sus colegas. Tras haber acudido a un evento de una marca que presentaba un suplemento alimenticio para niños y utilizar la etiqueta del acto en cinco mensajes,
varios tuiteros enfurecidos se le echaban encima por supuesta connivencia con la industria.
En concreto, los ‘haters’ (usuarios coléricos que muestran su indignación con críticas muchas veces desproporcionadas)
se echaban encima de Casado tras publicar un tuit en el que
apuntaba lo siguiente sobre el nuevo producto: “aumenta la vitamina D y reduce el azúcar. Es importante seguir reduciendo”.
Muchos usuarios vieron en este tuit un ejemplo de
publicidad encubierta y arremetieron contra Casado. “Con la sonrisa impostada (y con los bolsillos llenos)”, criticaba el usuario Andreu López, en cuya página web personal se define como ‘entrenador personal online’.
Otras críticas se dirigían al evento en general y
al apoyo de varios médicos sin mencionar a ninguno en particular.
Javier Padilla, médico de Familia y miembro del Área de Sanidad de Podemos, definía la etiqueta en cuestión como “ejemplo de HORROR (sic) nutricional y el problema enorme que tenemos con las empresas de alimentos”.
Por su parte, la usuaria
Clara Benedicto censuraba: “Una observación: si los consejos sanitarios llevan marca, no son creíbles (y eso impregna TODA vuestra credibilidad)” (sic).
También recibía críticas la cuenta TuPediatraOnline al publicar una foto del evento con consejos sobre la composición de un buen desayuno.
No solo críticas
No obstante, no solo de críticas está hecho Twitter. También ha habido usuarios que
han salido a defender a Salvador Casado, como
Antonio Gallardo que afirmaba: “Saliente de guardia, leyendo los tuits… ¡No entiendo nada! No creo que Casado merezca lapidación…”
Por su parte, Casado se defendía en su blog con dos entradas. En la primera, titulada
‘La guerra de las marcas’, se defendía de las críticas y afirmaba a que le habían invitado al evento “en calidad de bloguero”. Señala que su objetivo no era dar publicidad a la marca, si no que tuiteó alguna información que le parecía de interés. Así mismo, llamaba a profundizar en el debate sobre cómo afrontar los nuevos modelos de publicidad y la implicación que deben tener los profesionales sanitarios al respecto.
En la segunda, titulada
'Las Piedras', en la que vuelve a señalar que su asistencia al evento no tuvo nada de comercial y criticaba "que lanzar sapos y culebras usando la distancia y la seguridad de las redes sociales es bastante más cómodo que hacerlo a la cara". Casado ha optado por defenderse en su blog y no hacerlo en Twitter, cuyos 140 carácteres no dan mucho margen a los matices y lo único que se logra es alimentar la discusión de los 'haters'.
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