El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declarará la crisis de opiáceos que sufre el país como una emergencia de salud pública en un intento por redirigir los recursos federales y flexibilizar las regulaciones para combatir el abuso generalizado de estos productos y drogas.
El anuncio se produce en respuesta a una epidemia que ha empeorado en los últimos años y que ha causado estragos en las zonas rurales. Según las autoridades, la declaración ayudaría a combatir el abuso de analgésicos recetados, heroína y fentanilo al ampliar el acceso a otros tratamientos y frenar las demoras en la dotación de personal del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.
"La declaración reorientará todos los recursos del gobierno federal y del poder ejecutivo para enfocarse en brindar alivio a esta urgente necesidad", aseguró un funcionario a los periodistas, en un momento cerca de 100 estadounidenses mueren cada día por sobredosis relacionadas con opiáceos, según los datos de los Centro para el Control de Enfermedades.
Reclamación de julio
En julio, miembros de una comisión de la Casa Blanca sobre la crisis de las drogas recomendaron a Trump que declarara una emergencia nacional. Un mes después, el presidente dijo que haría un anuncio sobre la crisis de los opioides, pero luego que se necesitaba más tiempo para coordinar la respuesta.
Ese esfuerzo se complicó aún más a principios de este mes cuando la elección de Trump para el asesor de política de drogas de la Casa Blanca, el ex congresista Tom Marino, se retiró de la deliberación.
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