Donald Trump ha vuelto a fracasar. La que fue su promesa electoral estrella, derogar y reemplazar
Obamacare, va camino de convertirse en su primer gran fiasco político. Un nuevo rechazo desde sus propias filas a la propuesta de
reforma sanitaria ha obligado al
presidente de EEUU a quedarse con la primera parte de la promesa y pedir a los republicanos que simplemente deroguen Obamacare sin plan alternativo.
"Los republicanos deberían simplemente derogar el fallido Obamacare y trabajar en un
nuevo plan sanitario desde los cimientos. ¡Los demócratas se unirán!", escribía Donald Trump en Twitter poco después de que se conociera que la reforma planteada por su gabinete se estrellaría en el senado al no conseguir los apoyos necesarios de los republicanos.
Dos senadores republicanos,
Mike Lee y
Jerry Moran, han anunciado este lunes su rechazo a la propuesta. Se suman así a
Susan Collins y
Rand Paul, que ya habían anunciado su oposición a esta reforma a principios de junio. Los republicanos tienen 52 miembros en el Senado, frente a 48 demócratas, pero para aprobar una propuesta hacen falta un mínimo de 50.
Es la segunda vez en pocos meses que a Trump no le salen los números, ya que en marzo
tuvo que parar la votación en el Congreso por la advertencia de varios republicanos a votar en contra. Algo muy similar a lo que ahora ha ocurrido en el Senado.
Tras esta deserción en sus propias filas, el líder de la mayoría republicana en el Senado,
Mitch McConnell, ha anunciado que en los próximos días se votará una iniciativa para simplemente derogar la norma sin reemplazo. Su idea es recuperar una propuesta de 2015 que suponía empezar a desmantelar Obamacare y que fue aprobada en el Senado gracias al voto republicano, mayoritario en la cámara, aunque fue vetada posteriormente por el entonces presidente,
Barack Obama.
División republicana
Uno de los argumentos esgrimidos por Collins fue el de que la
Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), organismo independiente encargado de analizar las propuestas legislativas y sus posibles impactos, había señalado que
más de 20 millones de americanos se quedarían sin cobertura de aprobarse la norma.
Los otros tres senadores republicanos que se oponen a la reforma lo hacen por motivos opuestos: consideran que la propuesta de Trump se queda corta. De hecho, los tres critican que, en la práctica, la iniciativa planteada no sirve para derogar Obamacare porque "no elimina las tasas, no baja las primas a las familias de clase media ni crea espacios libres de las regulaciones más costosas de Obamacare".
Así las cosas, la propuesta a la desesperada de Trump choca, además de con su propio partido, con una gran
oposición social ante la previsible pérdida de derechos que supondría suprimir Obamacare.
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