Triple empuje a la relación médico-paciente como Patrimonio de la Humanidad

El Foro de la Profesión Médica comenzó a trabajar en 2016 con el objetivo de que la relación médico-paciente fuera reconocida Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. La pandemia del covid frenó todos los avances cometidos al respecto, pero se ha retomado el trabajo con un triple objetivo: publicar próximamente, a principios de verano, una segunda edición del manual sobre la cuestión, actualizar un expediente al respecto que enviaron al Ministerio de Cultura y retomar la comunicación con las comunidades autónomas.

Uno de los artífices del proyecto y presidente de honor de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), Patricio Martínez, explica en declaraciones a Redacción Médica que la comisión de expertos encargada del proyecto se ha seguido reuniendo durante estos años para reflexionar sobre los siguientes pasos. Lo primero en lo que pensaron fue en el manual de la relación médico-paciente que publicaron en 2019, el primero en lengua castellana del mundo: "Se nos quedó raquítico y anciano; ya no tenía la validez que podía tener para volver a reiniciar el proceso". Fue entonces cuando comenzaron a hacer la segunda edición, que está "muy muy avanzada", casi en corrección. "Es fácil que, a lo mejor, que para principios de verano lo tengamos ya caliente en la mano".

Está compuesto por cerca de 40 autores y en él se ha volcado todo el conocimiento obtenido en los últimos años, especialmente desde la llegada del coronavirus. "Había habido una pandemia y sobre todo una revolución desde el punto de vista de la relación médico-paciente", afirma. Algunas de las novedades que trajo esta situación epidemiológica fue la telemedicina, la cual "ha hecho que defendamos con más ahínco todavía esta relación". A esta receta hay que sumarle las nuevas tecnologías, con la implantación del Big Data y la Inteligencia Artificial (IA). "La telemedicina ha venido para quedarse. La IA seguramente dará un paso en situaciones muy importantes, pero ¿quién me va a dar la mano cuando necesite consuelo?", reflexiona.

Además, también se está retomando las reuniones con las comunidades autónomas. Las competencias de cultura y patrimonio están transferidas a estas y ya desde el inicio del proyecto iniciaron un recorrido para predicar con la idea y que fueran ellas las que pidieran también que el Gobierno mandara la petición a la Unesco. Ahora están retomando las citas con algunas, como Andalucía, Murcia (se tiene la agenda cerrada con ambas), Castilla-La Mancha, Castilla y León y Comunidad Valenciana. Precisamente en esta última ya se ha comenzado a trabajar en la candidatura.

"La telemedicina ha llegado para quedarse y la IA dará un paso en situaciones muy importantes, pero ¿quién me va a dar la mano cuando necesito consuelo?

La tercera, y última novedad, es que se está trabajando en una renovación del expediente que presentaron al Ministerio de Cultura hace cinco años (y que como anexo contendrá la última versión del manual). El fin es el mismo: que las comunidades autónomas inicien el proceso y llegue a Presidencia de Gobierno. "Seguramente en las próximas semanas terminaremos de perfilar ya el expediente y empezaremos a hacerlo correr por España".

La motivación para llevar la relación médico-paciente a la Unesco

Este proyecto tiene una historia detrás y varios motivos. Martínez detalla que se hizo médico en Chinchón (Madrid), donde estuvo cuatro años (y la mitad del tiempo solo) a cargo de la asistencia sanitaria de la población, con 4.800 habitantes: "A mí nadie me llamaba doctor Martínez. Todo el mundo me decía don Patricio", recuerda. Fue cuando aprendió que la relación con el paciente era "supertrascendental".

Después, siendo psiquiatra, se cercioró de que esa relación va más allá de ser fruto de la confianza y que es "enormemente beneficiosa e incluso, en algunos momentos, terapéutica".