Javier Barbado. Madrid
Hasta tres sociedades científicas han criticado con dureza el informe aprobado el pasado jueves 11 de junio por el Consejo Asesor de Sanidad (y que publicó en primicia este periódico) por no haber sido consultadas para elaborarlo, frente a lo cual fuentes de este último han contestado, por medio de Redacción Médica, que no compete al organismo del Ministerio “hacer un sondeo” entre tales colectivos profesionales sobre aspectos que competen al Sistema Nacional de Salud (SNS) en pro del beneficio último del paciente.
Pilar Garrido, Alfredo Rodríguez-Antigüedad, José Ramón González-Juanatey y Cristina Avendaño.
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El documento –que ya no debe considerarse un borrador según el Consejo Asesor– aborda medidas organizativas de carácter general con vistas a fomentar el trabajo en red en el sector sanitario, y, en este sentido, se detiene en tres especialidades médicas para sugerir algunas propuestas algo más concretas como la creación de centros de referencia o unidades de atención especializada, en concreto Neurología, Cardiología y Oncología.
Los presidentes de las sociedades científicas de los dos primeros campos de conocimiento médico enumerados (Alfredo Rodríguez-Antigüedad, de la SEN, y José Ramón González-Juanatey, de la SEC) han declarado a este periódico su desconcierto por no haber sido siquiera informados acerca del informe encargado por Sanidad al Consejo Asesor a pesar de que su contenido dedica varias páginas a aspectos relacionados de forma directa con sus respectivas competencias.
La presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Pilar Garrido, por su parte, no ha hecho declaraciones al respecto pero figura, en todo caso, como uno de los autores del trabajo (en este sentido, la SEN ha manifestado su malestar por que tan solo un neurólogo haya participado en su redacción, en concreto el especialista José Castillo Sánchez).
Indicadores de calidad y resultados de salud
La principal objeción (aparte de sentirse ignorados) de los presidentes consultados se centra en la ausencia, en el documento, de indicadores de calidad y de resultados de salud en los que debía haberse fundamentado y a partir de los cuales expuesto sus propuestas el Consejo Asesor.
Preguntadas sobre este extremo, las fuentes del organismo gubernamental han ratificado a este periódico que tal carencia se debe, sencillamente, a que “no existen” tales datos, algo negado con virulencia por González-Juanatey, quien ha citado el nombre del compendio de estándares de calidad de la SEC,
Incardio, trabajo aún inédito “pero que se presentará en breve y que, en todo caso, ya han conocido tanto el Ministerio de Sanidad como las comunidades autónomas y, por supuesto, los propios profesionales”.
“Dispone del respaldo de las revista española y europea de Cardiología y la de Cirugía Cardiaca, así como del aval de la Asociación Europea de Cardiología, y contempla indicadores de calidad para el ejercicio de la Cardiología y de la Cirugía Cardiaca en España”, ha añadido.
Desaire del Parlamento de Galicia a su Consejería
Según González-Juanatey, carece de sentido que el informe del Consejo Asesor defienda el modelo de atención cardiaca de Galicia (uno de los autores es el cardiólogo Alfonso Castro Beiras, profesional de esta comunidad autónoma) “cuando el propio Parlamento de Galicia ha instado a su Consejería de Sanidad a que elabore un registro de resultados de salud como requisito necesario”.
Por otra parte, de acuerdo con el presidente de la SEC, otro colectivo, la Sociedad Española de Farmacología Clínica, y, en concreto, su presidenta, Cristina Avendaño, se unirá este miércoles a la crítica del documento, que también contiene análisis y sugerencias relacionadas con este otro ámbito científico.
Por último, Rodríguez-Antigüedad recuerda que existen estrategias nacionales específicas para enfermedades como el ictus o las neurológicas degenerativas que no aparecen citadas en el documento.
Para el Consejo Asesor, éste dispone de expertos “de primerísimo nivel” por lo que no está en su cometido comportarse como una “asociación de asociaciones” (tal misión corresponde, en realidad, a Facme) y contactar, en consecuencia, con las sociedades científicas para redactar sus propios informes. Pero se muestra receptivo, en todo caso, a las aportaciones que deseen hacer éstas a posteriori.
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