Aún no hay cifras oficiales, pero la
Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hasta el 20 por ciento de las personas que se infectaron por coronavirus podrían haber desarrollado
covid persistente. De ser así, en España la cifra podría llegar a los dos millones de afectados. La ocupación profesional emerge como un factor de riesgo clave, según un reciente estudio prospectivo basado en la cohorte Covicat y liderado por el
Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). La investigación, publicada en
BMJ Occupational & Environmental Medicine, identifica varios factores asociados a esta condición y subraya que una parte importante de los casos podría prevenirse mediante medidas y
políticas específicas en el entorno laboral.
Factores de riesgo en el desarrollo del covid persistente
En el citado estudio se examinó la asociación entre los determinantes ocupacionales y la covid persistente. Para ello, se analizaron sujetos con infección previa por
SARS-Cov-2 que estuvieron empleados durante la pandemia y que contaban con información ocupacional. Se utilizaron diferentes métricas, incluidas cuatro matrices de
exposición laboral, para evaluar los factores de riesgo ocupacional individuales asociados a esta condición.
El estudio señala que varios factores ocupacionales incrementaron de forma significativa el riesgo de desarrollar
covid persistente, especialmente entre trabajadores de sectores con alta exposición al virus. El mayor riesgo se observó en
profesionales de la salud y la asistencia social, así como en educación, comercio minorista, transporte y seguridad, ámbitos caracterizados por el contacto frecuente y cercano con el público y por la
dificultad para mantener la distancia social.
Entre los principales factores de riesgo figuran el trabajo presencial durante la pandemia, la interacción estrecha con compañeros y usuarios, el
uso poco frecuente o inexistente de mascarilla y los desplazamientos en transporte público, frente al teletrabajo, que se asoció con un menor riesgo. Además, el estudio indica que, fuera del ámbito laboral, el sexo femenino, la presencia de comorbilidades, la
obesidad y el número y la gravedad de las infecciones agudas aumentaron la probabilidad de covid persistente, mientras que la vacunación y la edad avanzada mostraron un efecto protector.
La vacunación, clave en la prevención
En este contexto, los investigadores reivindican la puesta en marcha de estrategias preventivas específicas para reducir la carga de salud pública asociada a esta enfermedad. Asimismo, la investigación sugiere que el covid persistente debe reconocerse y compensarse como
enfermedad profesional. El
Ministerio de Sanidad ya lo ha reconocido como tal, dado que muchas personas experimentan limitaciones funcionales importantes que afectan a su capacidad para trabajar, estudiar o llevar una vida normal.
Por su parte, el
Consejo General de Enfermería (CGE) explicó en una reciente sesión informativa la importancia de la vacunación para prevenir el covid persistente. “La vacunación es fundamental porque reduce el riesgo de reinfecciones y, con ello, la posibilidad de nuevos episodios de covid persistente o de agravamiento de los síntomas existentes”, explicó Pilar Rodríguez, médica de Atención Primaria en Lugo y presidenta de la
Red Española de Investigación en Covid Persistente (REiCOP).
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