La
crisis económica que atraviesan las grandes potencias también debilitará la atención sanitaria a escala internacional. El
Informe Global de Riesgos de 2023 elaborado por el Foro Económico Mundial ha advertido de que el actual contexto financiero y político puede conducir a una nueva amenaza para la salud:
la sindemia. Se trata de un fenómeno que se produce cuando hay un conjunto de problemas que golpean de manera simultánea a la atención en salud.
Este concepto ya se había utilizado para definir los problemas en la investigación del
VIH o para medir el impacto conjunto que provocaron el
Covid-19 y la carga de
las enfermedades crónicas en los sistemas de salud. Sin embargo, en esta ocasión contaría con nuevo “patrón” condicionado por la realidad financiera. “Los contextos económicos y políticos
contribuirán a las enfermedades endémicas y conducirán a peores resultados de salud para comunidades seleccionadas”, han explicado los autores del informe.
Los expertos han calculado que algunos factores como las tensiones geopolíticas o las restricciones de exportaciones de medicamentos y productos sanitarios podrían desatar esta “
crisis humanitaria” que terminará salpicando al día a día de la asistencia en la sanidad de todo el planeta. “
Las disparidades en el acceso a la atención médica también pueden empeorar entre y dentro de los países como resultado de la desigualdad económica”, han apostillado.
El Foro Económico Mundial ha puesto como ejemplo la fragilidad de los nuevos
tratamientos de medicina personalizada, genómica o proteómica que, aunque han demostrado “enormemente” sus resultados, están condicionados por su elevado presupuesto. “Un aumento de la inestabilidad y los conflictos estatales
limitaría aún más la entrega de ayuda, interrumpiría los programas de vacunación y pondría en riesgo a los trabajadores de la salud”, han agregado.
La inflación agrava la escasez de sanitarios
Los analistas también han calculado que el actual
contexto de la inflación puede terminar repercutiendo sobre las plantillas de los profesionales de salud, especialmente después de haber superado la fase más dura de la pandemia de Covid-19. Un fenómeno que se traducirá en “
recortes presupuestarios o pérdida de ingresos” en algunos puntos del planeta.
“Los sistemas de salud enfrentan el agotamiento de los trabajadores y la escasez continua en un momento en que la consolidación fiscal corre el riesgo de desviar la atención y los recursos hacia otros lugares”, han apuntado los autores del documento.
El Foro Económico Mundial ha apuntado a que los gobiernos han vuelto a “
priorizar” otras inversiones públicas para “abordar las preocupaciones sociales y de seguridad más destacadas” en un momento en el que la inflación de bienes sanitarios ha superado el nivel del crecimiento del PIB en buena parte de los países analizados. Solo en
Estados Unidos, ya destinan el 20 por ciento de su músculo económico a la atención médica.
Los expertos han lamentado que esta crisis económica pueda ahondar en la
crisis de recursos humanos de las plantillas sanitarias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya calculaba antes de la crisis del Covid-19 que se requerirían 30 millones de profesionales más en 2030 para hacer frente al déficit. “Los gobiernos, las aseguradoras o los empleadores
pueden responder limitando la cobertura y trasladando una mayor proporción de los costes para las personas, lo que reduce el acceso y la asequibilidad de la atención médica”, han apostillado.
Crece el riesgo de salud mental
A pesar de estas amenazas socioeconómicas, la radiografía sobre la situación mundial anticipa que los problemas de índole sanitario seguirán teniendo un papel relevante en el conjunto de los países. En la clasificación de los 30 riesgos a corto plazo para la humanidad figuran las
enfermedades infecciosas (20), el deterioro de
la salud mental (23) o las
patologías crónicas (26) que ya adelantan a problemas como la desigualdad, la tecnología o los ataques terroristas.
Los analistas plantean que se está produciendo una identificación a “gran escala” de los trastornos de salud mental, entre los que se encuentran la ansiedad, la demencia, la depresión, la soledad o el estrés. “Dadas las crisis actuales, la salud mental también puede verse
exacerbada por el aumento de factores estresantes como la violencia, la pobreza y la soledad”, han valorado.
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