El próximo 20 de mayo se traspone a España –y al resto de Estados miembros de la UE– la serie de leyes comunitarias que regulan el uso del tabaco, y los neumólogos españoles esperan que la oportunidad consuma su anhelo de que el cigarrillo electrónico sea considerado un medicamento.
Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), la regulación de este dispositivo como una medicación contribuiría a que su producción y distribución se ajustasen a los estándares de calidad y seguridad requeridos para productos de uso farmacéutico. Por otro lado –aseguran sus portavoces– este tipo de regulación facilitaría la investigación científica y médica de estos dispositivos.
Por el momento no existen ensayos clínicos realizados con el suficiente rigor científico que demuestren que el cigarrillo electrónico es eficaz para ayudar a dejar de fumar.
Por el contrario, algunos estudios apuntan a que el uso de cigarrillos electrónicos se asocia con una menor tasa de deshabituación tabáquica y que la probabilidad de abandonar el tabaco es un 28 por ciento inferior en los consumidores de e-cigarrillos que en los fumadores de cigarros convencionales.
“Nuestro posicionamiento es firme. Los cigarrillos electrónicos deben ser regulados como medicamentos. Esta regulación facilita que se evalúen de forma científica su eficacia y su seguridad para ser usados como terapia para dejar de fumar”, ha argumentado José Ignacio de Granda, coordinador del Área de Tabaquismo de la Separ.
En la Unión Europea, existen 12 países que apoyan que los cigarrillos electrónicos sean regulados como medicamentos. También, numerosas instituciones científicas se han posicionado a favor de esta categorización. “En caso que finalmente éstos no sean regulados como medicamento, debería prohibirse su venta en farmacias y que su uso se equiparara a la actual legislación que regula el consumo de tabaco en nuestro país”, ha precisado Granda.
Normativa y su trasposición a partir del 20 de mayo
En efecto, el próximo 20 de mayo es la fecha clave de trasposición a las legislaciones nacionales de la directiva 2014/40/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 3 de abril de 2014, para regular las disposiciones legales de los Estados miembros en materia de fabricación, presentación y venta de los productos del tabaco y relacionados.
“Los estudios científicos avalan ya la eficacia del empaquetado genérico, la necesidad de financiar los tratamientos de cesación tabáquica, en especial para los pacientes que sufren EPOC y la regulación del cigarrillo electrónico como medicamento de forma que se controle su consumo, se vigile el cumplimiento de la calidad en su producción y distribución y se facilite la investigación científica y médica sobre este dispositivo”, ha declarado Inmaculada Alfageme, presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
“Deseamos colaborar con los responsables del Gobierno para la consecución de una normativa sobre los productos del tabaco y otros como el cigarrillo electrónico, que sea realmente eficaz para asegurar el mejor cumplimiento de las disposiciones del Convenio Marco para el Control del Tabaquismo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, ha subrayado Alfageme.
“Por ello creemos decisivo aportar la mayor y mejor información científica y sanitaria pertinente sobre algunos aspectos clave para asegurar que se contribuye de forma relevante a mejorar la salud pública y dar respuesta a la globalización de la epidemia de tabaco, tal y como lo formula la propia OMS”, ha añadido.
Buen momento, también, para el empaquetado genérico
“No hay que olvidar que, en 2016, esta medida será una realidad en Francia, Reino Unido, Hungría e Irlanda. España debería aprovechar el momento y convertirse en uno de los primeros países en sacar adelante una medida sanitaria tan relevante para la salud pública como es el empaquetado genérico”, ha declarado Carlos Jiménez, neumólogo y director del Programa de Investigación en Tabaquismo de la Separ.
Por último, otro de los aspectos que debería promover la nueva legislación es la financiación de los tratamientos del tabaquismo por medio del Sistema Nacional de Salud (SNS) para los fumadores, tal y como se financian los tratamientos de cualquier enfermedad crónica.
Esta debería ser prioritaria para los pacientes fumadores que sufren EPOC y en pacientes hospitalizados. Estudios recientes demuestran que financiar el tratamiento del tabaquismo para los pacientes con EPOC supondría un ahorro de 4.258.000 euros a los cinco años para el SNS.
Con ello dejarían de fumar hasta 17.756 pacientes, a diferencia del modelo actual sin financiación en el que sólo abandonan el hábito 1.303 pacientes.
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