Una de las
vitaminas que está capitalizando toda la atención debido a sus enigmáticos efectos sobre el cuerpo humano es la
D. Una de las únicas evidencias concluyentes que actualmente tiene esa vitamina es la regulación de los minerales y su impacto en la
salud ósea. Como principal novedad, la
organización científica médica Endocrine Society acaba de publicar una actualización de sus directrices en la que elimina el tradicional límite de
75 nmol/L (30 ng/ml) por debajo del cual se considera que una persona tiene bajos niveles de vitamina D.
Otra novedad que la institución ha recomendado es no hacer un cribado a la población general, sino únicamente a diversos grupos de riesgo, como niños y adolescentes (para prevenir el raquitismo, una enfermedad ósea),
personas mayores de 74 años, mujeres embarazadas o
personas con diabetes.
A pesar de la polémica creada por este enfoque distinto, que impedirá conocer la realidad de este tipo de
vitamina entre la sociedad, la ciencia empieza a valorar que la falta de vitamina D es más un indicador de una enfermedad subyacente que un problema en sí mismo. Algunas voces expertas llegan a subrayar que la vitamina D podría funcionar
únicamente como un biomarcador que alerta que alguna cosa está fallando.
Este tipo de vitamina se consigue primordialmente a través de la exposición solar, pese a que un
dato llamativo es que, en los países mediterráneos, territorios que las
horas de sol son muchas a lo largo del año, se han encontrado
niveles notablemente bajos de vitamina D. Una de las explicaciones que tienen los especialistas al respecto es que existe un excesivo celo con la exposición al sol, provocando que las personas utilicen crema de protección solar en todo tipo de situación, y a cambios estacionales en los que se reduce la cantidad de horas de sol.
No suelen indicarse suplementos en la población general
Encontrar el equilibrio entre protegerse del sol e incrementar los niveles de vitamina D no parece sencillo en una población en la que se tiende a buscar suplementos para cubrir carencias o donde, directamente, se empiezan a poner en duda los
filtros solares por peligrosas modas virales.
La falta de vitamina D
no se compensa en todos los pacientes, ya que no suelen indicarse suplementos en la población general. Esta situación es debido a que no se ha demostrado su eficacia en todos los pacientes, sino únicamente en grupos específicos, que son los que ahora consideran la Endocrine Society, permitiendo que ayudará a enfocar mejor el problema.
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