Los
disturbios encabezados por grupos de extrema derecha en Reino Unido que se posicionan en contra de la inmigración han afectado directamente a los
sanitarios extranjeros que trabajan en el
Sunderland Royal Hospital, los cuales han tenido que marcharse a su casa antes de terminar la jornada por seguridad.
Empleados del hospital, que pertenece al National Health Service -el servicio público de salud del país-, han explicado, en declaraciones recogidas por Sunderland Global Media, que "la Unidad de Diálisis así como otras de tratamiento ambulatorio
se han visto obligadas a cerrar sus puertas temprano" por temor a agresiones personal sanitario no británico.
Para no dejar a ningún paciente sin atender, los
profesionales sanitarios "
han adelantado la cita de todas las personas que tenían pendiente someterse a tratamiento y
han salido lo antes posible" en dirección a sus domicilios.
Esta medida, según ha comentado la citada fuente del hospital, se ha llevado a cabo "debido a que
el personal es en su mayoría de nacionalidad no británica y muchos de los cuales viven en las áreas de protesta potencial de la ciudad".
"
Están realmente preocupados y esto está causando pánico entre el personal y confundiendo a los pacientes que no entienden bien la situación", han sentenciado fuentes del centro.
Comercios cerrados por protestas
La noche del miércoles estaba marcada en rojo por las autoridades de
Reino Unido ya que la previsión era la de
una jornada violenta por las concentraciones. Sin embargo, a excepción de algún caso aislado, fue un día tranquilo sin apenas incidentes.
Después de los disturbios de la última semana, considerados como los más graves desde 2011,
se movilizaron 6.000 agentes antidisturbios y muchos negocios echaron el cierre antes de la hora habitual por temor a ser víctimas de algún ataque.
Entre ellos estaban
los sanitarios de la Unidad de Diálisis del hospital de Sunderland, a los que dieron permiso para irse a casa debido a que muchos de ellos son extranjeros y podían estar entre los objetivos de los manifestantes.
El origen de las protestas
Las revueltas en suelo británico comenzaron
tras el asesinato de tres niñas en la ciudad costera de Southport el pasado 29 de julio. Una serie de informaciones atribuyendo el crimen a un solicitante de asilo desató la reacción de los grupos de extrema derecha.
Hasta la fecha se han producido
más de 400 detenciones y las protestas siguen extendiéndose por todo el territorio británico, sobre todo en las principales ciudades del país como
Londres, Liverpool, Newcastle y Birmingham.
Manifestaciones proinmigración
En los últimos días también han salido a la calle un sector de la población que está a favor de la inmigración, con concentraciones en Liverpool, Londres, Bristol, Brighton, Newscastle y Southampton.
"No hay espacio para el fascismo", "los refugiados son bienvenidos aquí", "racistas fuera de nuestras calles y "acabemos con el fascismo y el racismo", son algunas de las proclamas que se han escuchado estos días en las diferentes concentraciones proinmigración.
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