La ministra de Sanidad,
Mónica García, anunció en el XXXVII Congreso de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (
Sedar) la confección de un grupo de trabajo para
lograr anestesias menos contaminantes. La sociedad científica aspira a contribuir en este proyecto, defendiendo que Sanidad “debe crear una normativa que obligue a los anestesiólogos a estar
certificados y a adquirir el conocimiento adecuado en
técnicas de bajo flujo, obligando a utilizar sistemas de captación de gases, reduciendo la contaminación a cero”. Realizar estos cambios dentro del Sistema Nacional de Salud (
SNS) costarían, según la Sedar, “
1.000 euros por quirófano y año. Se trata de una cantidad ridícula en comparación con la mayoría de gastos sanitarios médicos”.
El presidente de la Sedar,
Javier García relata en
Redacción Médica que, desde hace cuatro años, “la institución es pionera junto con otras
cuatro sociedades por constituir el grupo de sostenibilidad de la
organización médica colegial, con el objetivo de luchar contra el impacto medioambiental”. Dentro de este contexto, el especialista recuerda que a nivel europeo y sobre todo entre los
países nórdicos, existe una preocupación en cuanto a los
gases anestésicos: “Se trata de un tipo de fármacos imprescindibles para la
anestesia general y que tiene efectos en la producción de CO2”.
El especialista explica que existen
dos
gases anestésicos que generan contaminación, por lo que “se ha estudiado a fondo cómo hacer que esta repercusión sea prácticamente nula y a existen soluciones al respecto. Es necesario enseñar a los anestesiólogos españoles a
usar la técnica de bajos flujos, permitiendo que se use la menor cantidad de gases posible”.
"Es necesario enseñar a los anestesiólogos españoles a usar la técnica de bajos flujos"
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El anestesiólogo afirma que actualmente ya existen
máquinas de anestesia modernas con “softwares específicos que permiten reducir los gases”, pero es necesario reunir “conocimientos específicos de seguridad por parte de los anestesistas para
trabajar con seguridad en estas técnicas y trabajar en bajos flujos”. Otra innovación reciente, con menos de un año de antigüedad, es la creación de un sistema que permite “retener la práctica totalidad de los gases que salen de las máquinas de anestesia. Son
filtros de moléculas de carbón que absorben estos gases”.
Filtros reciclables para una mayor sostenibilidad
Esta última innovación también cuenta con otra función sostenible y García explica que “para
lograr una mayor sostenibilidad, los filtros son reciclables, por lo que estos cartuchos una vez usados se les
extrae los gases anestésicos y dan la posibilidad de volverse a usar. España sería un ejemplo para el resto de especialidades médicas acerca de una sostenibilidad verdadera”.
La Sedar desconoce hasta la fecha hasta qué punto estas técnicas están implementadas en España, por lo que el presidente de la sociedad defiende llevar a cabo “un
estudio nacional acerca de qué
porcentaje de implantación de estos bajos flujos hay en el país”. Ligado a este estudio, García relata que la cultura de formación científica de cada país es distinta: “En
Alemania o en
Inglaterra está arraigada una tradición de utilizar bajos flujos, mientras que en España existe cierta sensación de que los anestesiólogos en general
no utilizan los bajos flujos todo lo bien que se podría usar, por lo que es ampliamente mejorable”.
Sedar aspira a formar a los futuros anestesiólogos sostenibles
El especialista confía en que el Ministerio de Sanidad acabe publicando una
directriz para iniciar el cambio en todos los hospitales españoles: “Cuando llegue el momento, se verá la capacidad de los sistemas de abastecer a todos los centros. Se trata de un problema fácil de resolver”.
"Cuando llegue el momento, se verá la capacidad de los sistemas de abastecer a todos los centros"
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Recientemente la Sedar envió al Ministerio de Sanidad su posicionamiento en relación al
grupo de trabajo que pretende crear, ofreciéndose a “llevar a cabo la parte de formación de los especialistas para poder certificar a los anestesiólogos que cuentan con los conocimientos necesarios”. En este sentido, García está convencido de que la única institución que es experta en este tema es la propia Sedar, “siendo pionera tanto a nivel nacional como en Europa, llegando a provocar que la directiva de la Unión Europea en este aspecto se cambiase debido al posicionamiento de la sociedad científica”.
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