Redacción. Madrid
Según un portavoz del Ministerio de la Sanidad británico, los pacientes que requieran atención médica de urgencias deberán pagar una tasa mínima de 76 euros, a lo que se le sumará 270 euros por cada prueba adicional que se requiera. A través de esta medida se prevé que el Gobierno británico ahorre unos 680 millones de euros. Por su parte, la Asociación Médica Británica critica que “no se puede esperar que los médicos sean responsables de decidir quién tiene derecho a recibir tratamiento”.
Los pacientes que requieran atención de emergencia pagarán una tasa mínima de 56 libras (76 euros), más unas 200 libras (270 euros) por cada prueba adicional que requieran, según un plan con el que el Gobierno británico prevé ahorrar unos 500 millones de libras al año (680 millones de euros).
“Los visitantes internacionales son bienvenidos a utilizar el sistema público de salud siempre que paguen por él, como hacen las familias que viven en el Reino Unido con sus impuestos”, afirmó un portavoz del ministerio de Sanidad. “Este Gobierno fue el primero en introducir medidas drásticas sobre el acceso de los inmigrantes al sistema sanitario, y siempre hemos sido claros en que queremos ampliar el programa para cobrar por la asistencia”, agrega.
El ministerio indicó que ninguna persona que necesite atención médica urgente será rechazada por los servicios de emergencias. Bajo ese programa, los turistas del Espacio Económico Europeo, que incluye a la Unión Europea, Islandia, Liechtenstein y Noruega, deberán presentar su tarjeta sanitaria comunitaria para que la factura del tratamiento se traslade a sus países, mientras que el resto de visitantes extranjeros deberán abonar los costes.