Una investigación llevada a cabo por el hospital italiano
Fatebenefratelli y el Politécnico de la región de Marche ha revelado que se han encontrado
microplásticos en el análisis de placentas de seis mujeres entre 18 y 40 años de edad.
El estudio se ha publicado en la revista '
Environment International', donde el investigador principal,
Antonio Ragusa, jefe de
Ginecología y Obstetricia del centro romano, describe que "con la presencia de plástico en el cuerpo viene trastocado el sistema inmunitario que reconoce como 'self' (uno mismo) incluso aquello que no es orgánico".
Niños "como cyborg" por culpa de los microplásticos
Ragusa ahonda en este extremo, señalando que "es como tener un niño cyborg: no solo compuesto de células humanas, sino mixto entre la identidad biológica y entidad inorgánica".
En el estudio, que ha sido aprobado por el comité ético del hospital, los investigadores han identificado doce fragmentos de material inorgánico, con unas dimensiones de entre los 5 y los 10 micron (millonésima parte de un metro, como el
tamaño de un glóbulo rojo).
De los 12 fragmentos, tres se trataban de
polipropileno (un polímero termoplástico habitual en las botellas de plástico), y el resto de materiales sintéticos pintados, posiblemente derivados de
cosméticos, esmalte de uñas o pasta dentifrica.
¿Cómo los microplásticos pueden afectar a la salud de los niños?
Los investigadores concluyen que las partículas de microplásticos encontradas adheridas a los úteros maternos también están presentes en los niños gestados, aunque reconocen que no se pueden aún calibrar las
consecuencias de esta circunstancia en la salud.
"Los riesgos para la salud de los niños que ya tienen microplásticos dentro de sí mismos al nacer aún no se conocen, debemos seguir investigando. Pero ya sabemos por otros estudios internacionales que el plástico, por ejemplo, altera el
metabolismo de las grasas. Creemos probable que en presencia de fragmentos de microplásticos en el interior del organismo la respuesta del cuerpo, del sistema inmunológico, pueda cambiar, ser diferente a la normal", explica el investigador Antonio Ragusa.
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