El gobierno australiano ha lanzado,
dentro del programa No Jab, No Pay, una medida para luchar contra el movimiento de los
antivacunas que consiste en que los padres que no vacunen a sus hijos
paguen una multa de forma recurrente.
La iniciativa implica que los progenitores pagarán unos
18 euros de multa por cada niño sin vacunar cada 15 días. Hasta ahora, los padres cuyos hijos no estaban al día con el calendario de vacunación
ya perdían poco más de 467 euros de beneficio tributario familiar al año. Aunque al final con esta medida, los padres perderán la misma cantidad de dinero “
sí que servirá como recordatorio frecuente para estos progenitores irresponsables”, ha asegurado el político. Aquellos que cobren 80 dólares al día o más, tendrán que pagar una multa mayor, según informaron las mismas fuentes.
“La vacunación es la manera más segura de proteger a los niños de enfermedades que se pueden prevenir con la inmunización”, aseguró el político en un comunicado. “L
os padres que no lo hacen, están poniendo en riesgo a los niños de otras personas”, añadió.
Este paso del gobierno australiano es parte de un programa dirigido a terminar con los antivacunas, después de que estos se percataran de que el porcentaje de niños de menos de siete años sin vacunar había pasado del
0,23 por ciento en 1999 al 1,77 por ciento en 2014.
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