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Muere una española por una pseudoterapia basada en picaduras de abeja

Un estudio refleja la primera muerte de esta acupuntura con abejas

La práctica utiliza abejas para aliviar problemas de salud.

21 mar 2018. 11.30H
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POR REDACCIÓN
Un estudio de dos médicos vinculados al hospital Ramón y Cajal, publicado en la revista The Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology, ha revelado que la primera muerte en el mundo por el tratamiento conocido como apiterapia, una especie de acupuntura con abejas, fue una mujer española de 55 años que falleció en el año 2015 tras someterse a sesiones de apiterapia cada cuatro semanas durante dos años.

La apiterapia es el uso de las sustancias generadas por las abejas, ya sea la miel, los propóleos, la jalea o incluso el veneno, para aliviar diferentes condiciones de salud. Una de las clases de este tratamiento es el que usa el veneno de estos insectos haciendo que las abejas piquen directamente en los sitios donde se presente la enfermedad. Una práctica muy extendida en los últimos tiempos entre las estrellas de Hollywood como Gwyneth Paltrow, Gerard Butler o incluso la duquesa de Cmabridge, Kate Middleton.

Según el estudio, realizado por los especialistas del área de alergología del hospital, P. Vázquez Revuelta y R. Madrigal-Burgaleta, esta práctica se suele realizar en centros privados y frecuentemente por profesionales que no son médicos. A pesar de que existen algunos estudios sobre ciertos beneficios de la apiterapia, "su efectividad y seguridad es limitada y escasa".

"En personas sensibles, los compuestos del veneno pueden actuar como alérgenos (...), provocando reacciones alérgicas que pueden ser desde leves, como hinchazón local, a reacciones sistémicas severas, como un shock anafiláctico o incluso la muerte", advierte el estudio. Además, la repetida exposición al alérgeno "conlleva un mayor riesgo de reacciones alérgicas graves".

Para contracturas musculares

Aquí se enmarca el caso de la española fallecida a causa de esta terapia. Según revela el estudio, ésta decidió someterse a apiterapia a lo largo de dos años para mejorar contracturas musculares y estrés. "No había constancia de ninguna enfermedad (asma, enfermedad cardíaca...), ni tampoco reacciones previas de cualquier tipo con himenópteros o atopia".

"Los riesgos pueden exceder los presuntos beneficios, es insegura y desaconsejable"


Durante una de las sesiones, la mujer desarrolló sibilancias (problemas respiratorios), disnea (ahogo) y pérdida repentina de conciencia tras recibir la picadura de una de las abejas. El personal de la clínica de apiterapia llamó inmediatamente a una ambulancia, que llegó 30 minutos después, y le suministro metilprednisolona, un esteroide que administra para aliviar inflamaciones producidas por artritis, asma o alergias severas. "No había adrenalina" en la clínica, señala el estudio.

Cuando la ambulancia llegó, la presión sistólica de la mujer cayó a 42 mmHg y su frecuencia cardíaca aumentó a 110 pulsaciones por minuto. Rápidamente, le inyectaron una dosis doble de adrenalina, corticosteroides y antihistamínicos. Durante el traslado se consiguió estabilizarla, pero tuvo que ser intubada.

Fallo multiorgánico

Ya en el Ramón y Cajal se le realiza una tomografía que confirma un accidente cerebrovascular. También se le hace una radriografía de tórax y unos análisis de sangre cuyo resultado fue normal. Allí, permaneció varias semanas en coma hasta que murió por un fallo multiorgánico.

"Hasta donde sabemos, este es el primer caso reportado de muerte mediante apiterapia con veneno de abeja debido a complicaciones graves por anafilaxia en un paciente que fue previamente tolerante", apunta el estudio. Así, se demuestra que una tolerancia previa a las picaduras de abeja no previene de posteriores reacciones. "Sin embargo, una exposición repetida sí supone un mayor riesgo a la sensibilización".

Los datos de ambos médicos les han llevado a concluir que se deben tomar medidas para identificar a pacientes potencialmente sensibles antes de aplicarse la apiterapia. "Los pacientes deben estar completamente informados de los peligros de la apiterapia antes de someterse a ella", advierten.

Además, aconsejan que el personal que realice dicha práctica, debe estar preparado en el caso de una reacción alérgica severa, con instalaciones adecuadas y con protocolos de evacuación en el caso de que se necesite. "Sin embargo, los riesgos de someterse a apiterapia pueden exceder los presuntos beneficios, lo que nos lleva a concluir que es insegura y desaconsejable".

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