El empresario Pere Mir i Puig, bautizado por el oncólogo Josep Baselga como “el más ilustre patrón de las ciencias de nuestro país”, ha muerto a los 97 años en Barcelona. El también químico catalán, sin hijos y provisto de una gran fortuna, suministró fondos a las principales instituciones biomédicas catalanas, incluidos muchos de sus hospitales, en una cuantía como no lo hizo ningún otro mecenas de la ciencia española en los últimos cien años.
De hecho, se calcula que, en total, ha proporcionado 62 millones de euros a médicos, biólogos y bioquímicos solo en los últimos cinco años. Y se calcula que las donaciones filantrópicas (la suya entre las principales) sufragaron, solo en 2009, un tercio de la investigación biomédica catalana.
Así, hizo lo propio con todos los centros asistenciales del área de Barcelona (Clínic, Vall d’Hebron, Sant Pau, Can Ruti, Bellvitge y Sam Juan de Dios) por medio de la Fundación Cellex, de la figura como dueño.
En esa misma línea, el Instituto de Oncología de Vall d’Hebron de Barcelona (VHIO) adquirió un edificio para desarrollar sus proyectos de investigación médica de esa misma fundación. Lo mismo que sucedió con el Idibaps del Clínic de Barcelona y el Centro de Investigación Biomédica Cellex. Y, asimismo, con el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Barcelona y el Instituto de Investigaciones Biomédicas Augusto Pi i Sunyer (Idibaps).
Aparte de Baselga, otro investigador español muy conocido, Juan Carlos Izpisúa, disfrutó del apoyo económico de Pere Mir i Puig para fundar el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona, que dirige el propio Izpisúa desde 2005. Como anécdota, el empresario conoció al científico español porque se lo presentó ex profeso la exconsejera de Salud de Cataluña Marina Geli.
Otro investigador de renombre en Cataluña, Andrés Mas-Colell, se ha unido a las alabanzas al empresario hasta el punto de afirmar que, sin sus iniciativas, “las mejores instituciones científicas” españolas no estarían hoy donde han conseguido llegar.
Interés por la ciencia pura, no solo por la Medicina
Pere Mir i Puig también destacó por su apoyo a la investigación puramente científica, y no solo la de índole biomédica con potenciales aplicaciones sanitarias. Así, dio dinero para el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO; 16 millones de euros, para ser precisos).
Por todo ello, recibió diversos premios del mundo de la Ciencia como el de Mérito Científico de 2013, el Nacional de Investigación de Cataluña de 2011, o la Cruz San Jordi de 1993, entre otros galardones de renombre.
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