Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, ha vuelto a poner bajo los focos sobre el gasto en hepatitis C y ha achacado la destacada desviación del déficit español de 2015 (que ha 'corregido' al 5 por ciento, ocho décimas más de lo comprometido con Bruselas) a los 1.090 millones destinados a la adquisición de nuevos medicamentos de hepatitis C.
Sin embargo, el ministro también ha matizado que “es obvio que este gasto en hepatitis C no se va a repetir en 2016 ni en ejercicios siguientes”, aunque ha considerado que esta inversión ha sido necesaria dentro del marco del “gasto social”.
Sin embargo, esta afirmación de Montoro deja en el alero el futuro del plan y su ampliación. Hay que recordar que la estrategia nacional no cubre a la totalidad de los pacientes, sino aquellos casos que revisten determinado estado de gravedad y de fibrosis, un colectivo de pacientes, del que todavía queda por tratar a un 27 por ciento según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad, que supone poco más de la mitad de los casos notificados de la enfermedad.
A todo esto hay que sumar el elevado infradiagnóstico que hay en España respecto a esta enfermedad, que asciende a entre el 65 y el 75 por ciento. De hecho, se trata del principal fallo de la estrategia nacional, según los expertos.
Asimismo, después de que Pedro Sánchez, secretario general del PSOE,
considerara que computar el gasto en hepatitis C a las regiones es "indecente", el responsable de la Hacienda nacional ha reiterado que el gasto en estos fármacos aunque está “financiado por el estado, queda imputado a las comunidades autónomas”.
Ligados FLA y herramientas de control del gasto
Montoro ha abordado estas cuestiones durante su comparecencia en la Comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados, en la que también ha informado de algunas de las medidas destinadas a corregir el déficit, que ya adelantó Redacción Médica.
Entre ellas, que toda comunidad autónoma que quiera acceder al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) se tendrá que adherir al "instrumento de apoyo de sostenibilidad del gasto farmaco y sanitario", aunque ha 'rebajado' el castigo que sufrirán si rebasan las fronteras impuestos al gasto: cada autonomía deberá "detallar las que mejoraras que se tendrán que aplicar si se incumplen los límites". Asimismo, se habrán de adherir al protocolo acordado entre Farmaindustria y el Gobierno, para crear un techo de gasto en medicamentos innovadores.
De esta manera, el Gobierno logra que las regiones se tengan que adherir a ambas herramientas de control del gasto sanitario y farmacéutico, que el ejecutivo había argumentado ante la Comisión Europea como sus principales bazas para controlar y reducir las partidas destinadas a sanidad y que, en cambio, escaso éxito habían tenido entre las comunidades autónomas.
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