Casi la mitad de los empleos que hay ahora en España, concretamente un 43 por ciento, tienen un riesgo elevado de ser automatizados a medio plazo. Ahora bien, parece que el ejercicio de la medicina no se va a ver demasiado perjudicado por esta cuestión, pues se calcula que los médicos de familia tienen apenas un 0,42 por ciento de probabilidades de que les ocurra, prácticamente al mismo nivel que los artistas, que están un poco por encima.
En este sentido, hay una relación directa entre la automatización y los salarios: no son los más bajos los que más probabilidad tienen de sufrir este cambio sino los que mantienen sueldos medios; sin embargo, sí es cierto que los mejor remunerados son a su vez los menos automatizables. Así, los operadores de telemarketing y los empleados de contabilidad son los que tienen una probabilidad más alta de lograrlo (en torno a un 98 por ciento).
A mucha más distancia, aunque en torno al cincuenta por cien, los economistas, los analistas financieros y los transportistas son los otros sectores más susceptibles que convertirse en autómatas.
¿Cómo se traduce esto en la destrucción de empleo? Los expertos de Caixa Bank Research apuntan a que lo razonable será establecer unas políticas de empleo pasivas y activas adecuadas para paliar el impacto negativo, ayudando a que esas personas encuentren un empleo en otro puesto de trabajo.
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