El debate sobre qué mascarilla es la más adecuada para protegerse frente al coronavirus parece que todavía no ha terminado. Después de que Austria y algunas zonas de Alemania hayan impuesto el uso de la
mascarilla FFP2 de forma obligatoria en el transporte público, se sumaba el
consejo de Salud Pública y Enfermería de llevarlas en lugares cerrados. Y en medio de la conversación,
José Luis Jiménez, catedrático de Química y Ciencias Ambientales en la Universidad de Colorado, uno de los mayores expertos en aerosoles,
argumentaba a través de un hilo en Twitter sobre los beneficios de las
mascarillas eslastoméricas frente al resto.
Las
mascarillas elastoméricas son mascarillas que
utilizan silicona para que el ajuste sea mejor, "algo parecido al sellado que vemos en las gafas de bucear pero con material filtrante para poder respirar", explica a
Redacción Médica José Manuel Jiménez Guardeño, investigador en el departamento de Enfermedades Infecciosas del King’s College de Londres. Este biólogo detalla que al contar con un esqueleto de silicona "pueden ajustarse muy bien a la cara, lo que evitaría la formación de huecos por donde puede pasar el aire sin filtrar".
Ventajas de las mascarillas elastoméricas
Esta es una de las ventajas que los expertos destacan para evitar los contagios de coronavirus. Además, esta estructura es reutilizable, solo requiere cambiar los filtros, "lo que disminuiría la producción de residuos". "Una
mascarilla elastomérica puede considerarse
similar a una FFP2 si se utilizan filtros que cumplan los mismos requisitos", explica José Manuel Jiménez. No obstante, recuerda que dependería de los filtros que se use. A su vez, gracias a su nivel de ajuste,
no se empañarían las gafas.
Sin embargo, este investigador del King's College no las recomienda para su uso diario frente al coronavirus. "
Una mascarilla FFP2 bien colocada es más que suficiente para la población general", detalla Jiménez, "Con esto de las mascarillas se está intentando rizar el rizo demasiado cuando su uso es tan solo una de muchas medidas de prevención que debemos usar". Además,
de momento no están disponibles en todos los países.
A su vez, este experto contrapone que al tener que cambiar los filtros de forma periódica "es posible que la gente se canse o se acostumbre y deje el mismo filtro puesto más tiempo del aconsejable, por lo que al final la protección se vería afectada. Además, sería necesario
llevar a cabo un correcto almacenamiento, mantenimiento y desinfección de la estructura de silicona para su adecuado funcionamiento".
"No están disponibles en todos los países y su producción es más limitada"
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Pese a todo, si se utilizan de forma correcta "no deberían presentar un riesgo para la población general".
¿Mascarillas elastoméricas en entornos sanitarios?
Jiménez explica que las mascarillas elastoméricas se utilizan generalmente por parte de los trabajadores industriales en contacto con sustancia peligrosas. "En un ambiente sanitario donde el personal está muy expuesto al coronavirus en principio podría parecer una buena opción, pero
la diferencia en comparación con las mascarillas FFP2 sería mínima y además
podría dificultar la comunicación con el paciente", detalla este biólogo. Así, apunta que uso estaría recomendado como
complemento a las mascarillas FFP2, "si por ejemplo no hay suficientes para todo el personal".
En esta línea, reconoce que "hasta el momento no se han utilizado de forma rutinaria en hospitales y hay que tener en cuenta que este no es el primer virus respiratorio que aparece. Esto ocurre principalmente por la
falta de resultados sobre su eficacia en el "mundo real" y además porque
no habría cantidad suficiente porque su
producción es más limitada".
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