Han pasado casi dos años desde que el
SARS-CoV-2 llegara a España y sacudiera los cimientos del
Sistema Nacional de Salud en forma de pandemia. Es momento de hacer balance y reflexionar acerca del trabajo realizado por todas las partes implicadas, entre las que figuran los
sindicatos. Después de haber sido portavoces de las reivindicaciones de los profesionales sanitarios, entienden que este nuevo periodo postpandemia debe venir marcado por una
mejora de las condiciones laborales y no solo retributivas, el refuerzo de las plantillas y un compromiso unificado que permita avanzar en la misma dirección.
Francisco Miralles es tajante en su análisis sobre el futuro de la acción sindical en España: a su parecer, no solo resulta necesario un "
replanteamiento del modelo" que garantice a las centrales liderazgo y apoyo de cara a una hipotética "confrontación con el Gobierno", sino también acrecentar la presión sobre el propio Ejecutivo y "
sacar la sanidad a la calle" para acabar con una precariedad laboral que "ya estaba antes de la pandemia" pero que se ha hecho insostenible a raíz de la misma.
"El covid nos debe hacer reflexionar sobre el modelo que tenemos, aunque los sindicatos ya venían antes de una situación complicada", destaca el que fuera secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), quien defiende que, en este escenario en el que “la crisis del Sistema Nacional de Salud (SNS) es total”, la
unión de todas las centrales se hace “imprescindible”. “Porque hay
problemas financieros, asistenciales, de plantilla y de liderazgo, y hay que plantearse antes o después una confrontación con el Gobierno si no atiene a estas reivindicaciones. Los sindicatos tendrán que sacar a la sanidad a la calle, de la mano del ciudadano, y echar a los políticos”, plantea.
De cara al futuro, CCOO y CESM creen que hay que seguir
apostando por mejorar las condiciones laborales del personal de una forma global y no insistir únicamente en el tema económico como el abono de la paga extra covid, especialmente en una
Atención Primaria que a su juicio “necesita una reforma absoluta”. “Ya hablaremos de retribuciones, porque no queda otra, pero lo fundamental ahora mismo es diseñar un sistema que
permita atender con garantías al paciente, con facultativos suficientes”, afirma Miralles. El sindicato generalista también incluye las
secuelas psicológicas que dejará el paso de la pandemia ante la presión acumulada durante tantos meses o la contratación de personal.
“Ahora probablemente entremos en una fase diferente en la que el Gobierno tendrá que responder a su negligencia. Lo dijimos en su momento: ¿Por qué se pudo sacar una ley extraordinaria para confinar a un país pero no se aprovechó para hacer fijo al personal sanitario? ¿Por qué no se incrementaron plantillas?”, añade el portavoz de CESM.
Labor sindical durante la pandemia
Antonio Cabrera se muestra más benevolente cuando se trata de valorar su labor durante la crisis. "Ante una cosa tan impredecible se hizo lo que se pudo con los medios de los que se disponía". En estos términos el exsecretario general de la
Federación de Sanidad de Comisiones Obreras, destacaba el esfuerzo realizado por todos los secretarios y secretarias como altavoces de todas las denuncias realizadas en un momento tan complicado.
Cabrera asegura que la organización se mantuvo "en primera línea",
"denunciando injusticias" como la falta de material de protección para los
profesionales sanitarios, y reclamando mayor participación del Ministerio de Sanidad y coordinación con las comunidades autónomas". Propuestas "sólidas" que, sin embargo, fueron, en muchos casos "infructuosas", como el hecho de convencer al departamento de Carolina Darias para considerar las bajas por covid como accidentes de trabajo.
"No fuimos capaces de transmitir más enérgicamente las necesidades que tenía el sistema sanitario", admite a modo de autocrítica.
En este mismo contexto se mueve Miralles al recalcar las virtudes de la labor de la CESM durante la pandemia, en la que la organización
“tomó las riendas” y “fue exigente” en la defensa de unas condiciones laborales “que eran absolutamente dantescas”.
Desde la visión enfermera, la llegada de la
pandemia del Covid-19 también ha marcado un antes y un después en los sindicatos, a los que ha obligado a reforzar la acción, en unos momentos que, según lamenta Manuel Cascos, han sido "muy duros" y "difíciles", al estar "en peligro" la salud, seguridad y derechos de todos los profesionales sanitarios, entre ellos. Por ello, Sindicato de Enfermería (Satse) considera que, ahora más que nunca, resulta "absolutamente fundamental la labor de los sindicatos".
Echando la vista atrás, considera que la labor del movimiento sindical en la historia reciente de nuestra democracia ha resultado "decisiva" para posibilitar el avance y desarrollo de nuestro actual Estado del Bienestar al propiciar la aparición e implementación de "n
uevos y necesarios derechos profesionales y laborales" que, según la organización presidida por Manuel Cascos, han supuesto una mejora no solo en las condiciones de trabajo de las personas, sino en el funcionamiento del conjunto del tejido económico y social de nuestro país.
En el caso de la Sanidad, Cascos cataloga de "fundamental" la
aparición y fortalecimiento en el conjunto del Estado de organizaciones profesionales, que han resultado ser "determinantes" en la 'transformación' que ha experimentado el Sistema Nacional de Salud a lo largo de los últimos de 30 años.
Problemas 'heredados' en sanidad
El sistema aún así, ya presentaba problemas estructurales antes de tener que enfrentar la crisis debido a los "recortes producidos en años anteriores". El exportavoz de CCOO se refiere en concreto a la falta de personal. Según sus cálculos, el SNS encaró la primera oleada de contagios con un
déficit de 60.000 profesionales. Una escasez que, asegura, se va a "agudizar" al no estar reconociendo todo el esfuerzo realizado por estos "no solo durante la pandemia". "Hay comunidades que no tienen enfermeras en bolsa".
Antes de la llegada del virus, la mesa de negociación llevaba "un año entero sin reunirse" a pesar del gran volumen de asuntos pendientes en materia sanitaria, apunta. Otra de las reflexiones que ha traído consigo la pandemia desde el punto de vista sindical es la
necesidad de contar con producción propia de material sanitario. "No se puede externalizar nada que no sea un producto básico", sostiene Cabrera.
Sobre la mejora del sistema, el presidente del Sindicato de Enfermería subraya que el movimiento sindical ha ido
"adaptándose" al contexto social y económico de cada momento, así como a la evolución del sistema sanitario a nivel legislativo (Ley general de Sanidad, EBEP; Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud…), organizativo y estructural (traspaso competencias sanitarias), en busca del interés general de los profesionales y del sistema en su conjunto.
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