En la actual campaña de vacunación contra la gripe que acaba de comenzar existe una novedad para los sanitarios que trabajen en el NHS británico: según ha publicado el
British Medical Journal, se
pedirá explicaciones a los profesionales que rechacen la vacunación antigripal y a los centros sanitarios que la faciliten y registren los motivos expuestos por quienes la rechacen.
Del mismo modo, se
añade a los niños de 8 y 9 años al programa de vacunación universal, y los mayores de cuatro años podrán ser
vacunados en los centros escolares además de en los centros sanitarios habituales, según recoge el
Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría.
Se trata de medidas que ayuden a reducir la incidencia de la gripe, que según los datos puede ser superior a la registrada en años anteriores. En
Australia, por el momento, el incremento de casos de gripe confirmada es aproximadamente
2,5 veces superior al de temporadas anteriores.
La propuesta del NHS ha vuelto a poner sobre la mesa el debate de
si los sanitarios deben estar obligados a vacunarse, algo que ya ha desatado las críticas de quienes defienden que se deben
implementar las medidas higiénicas generales -lavado de manos, uso de mascarillas faciales en algunos entornos y limitación de las interacciones sociales de los enfermos-
por encima de la vacunación.
Posturas enfrentadas
En términos de impacto real de la enfermedad, existe el argumento a favor que gira en torno a que la transmisión nosocomial de la gripe está documentada y que la vacunación es una medida solidaria, efectiva, segura y no contraria a la ética. En el otro lado están quienes defienden que los
beneficios de la vacunación no están probados y que esto hace que no pueda justificarse obviar las preferencias de las personas, resultando ser una intervención éticamente comprometida.
En España, el propio Ministerio de Sanidad busca año tras año el modo de implicar a los profesionales sanitarios en la campaña de vacunación contra la gripe. En un informe hecho público en abril ya
abría la puerta a un posible incentivo económico o similar para el personal sanitario que se vacunara. Según los datos de administración de la vacuna de la gripe estacional, España está "por debajo de lo deseable".
Sanidad y las comunidades reconocen que entre los factores determinantes de las bajas coberturas de vacunación en los trabajadores sanitarios son la
baja percepción del riesgo en aquellos que trabajan en contacto con los enfermos y su entorno, su escaso conocimiento en relación a los beneficios y la seguridad de la vacunación, la pobre organización de las políticas de vacunación de adultos y la falta de adopción de las medidas de prevención por la empresas.
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