En un escenario de
alto riesgo Covid-19, las comunidades autónomas tratan de averiguar cuál es la mejor fórmula para detener el avance del virus. El
pasaporte covid se postula como una de las herramientas preferidas para controlar el tránsito en lugares de riesgo como discotecas pero también
hospitales. En pocas semanas, este documento podría convertirse en la única 'llave' con la que poder acceder a centros sanitarios. La pregunta que se hacen muchos profesionales sanitarios es quién se deberá encargar de verificar que el paciente tiene todos los papeles 'en regla'.
Las
enfermeras que trabajan en Galicia ya manifestaron no estar dispuestas a convertirse en “policías” y ser quienes asuman la labor de solicitar el certificado covid a los acompañantes de los pacientes que acudan a los hospitales. Una opinión que ha respaldado el Sindicato de Enfermería (Satse) en
Redacción Médica, donde defienden que esta labor no debe recaer en los profesionales de Enfermería y que, además, deben ser las administraciones sanitarias autonómicas las que decidan sobre la pertinencia de pedir el certificado para poder acceder a los centros sanitarios.
A este respecto, la organización sindical presidida por Manuel Cascos expresa que las enfermeras deben centrar su labor en la atención y cuidados a los pacientes y
"no en otras funciones que corresponden a otros profesionales que trabajan en el ámbito de la sanidad".
Apunta, además, que estas profesionales sufren una "
grave situación de sobrecarga y tensión asistencial", por lo que, en modo alguno, se les puede añadir una nueva carga de trabajo que no les compete. Por todo ello, el Sindicato de Enfermería asegura que denunciará cualquier situación que detecte en la que se pretenda recurrir a las enfermeras y enfermeros para la vigilancia o acreditación de las personas que deban estar en posesión del pasaporte covid para acceder a los centros sanitarios en calidad de acompañante o visitante.
"Duplicar el trabajo" en hospitales
Los
administrativos coinciden al creer que deben ser ellos los que asuman este trabajo burocrático, "antes que un médico o una enfermera", pero consideran que está "por
debajo de su nivel exigido". No descartan, por tanto, otras figuras como los auxiliares de información o
celadores, encargados, a menudo de hacer de filtro a las puertas de estos espacios en cuanto al resto de gestiones.
Todo depende del centro de salud y del volumen de trabajo que tenga este personal, aclaran desde la
Asociación de Secretariado Médico y Administrativos de la Salud (Aesmas). "Una persona en una ventanilla refiriéndose a los enfermos o comprobando que la tarjeta sanitaria está correcta no tendrá ningún problema. El problema estriba en la carga de trabajo", matizan, en función del tamaño de las plantillas del centro. Aún así, ven preferible "que se
sobrecargue a un administrativo que a una enfermera" en el actual contexto pandémico.
Tampoco el gremio de los técnicos en cuidados considera que debe asumir este rol de “policía” de hospital.
María Dolores Martínez, secretaria general del Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), considera al respecto que lo único que se conseguiría es “duplicar el trabajo” en los centros sanitarios, donde “ya hay personas que se encargan de los accesos”.
En este sentido, incide en que
“deberían ser los celadores los encargados del acceso del personal y de cualquier acompañante o enfermo”. “Somos un colectivo que desea trabajar por el bien de todos, pero creo que no tenemos que tener esa responsabilidad”, concluye.
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