Redacción. Madrid
Los psicólogos quieren más recursos para optimizar su trabajo. La petición proviene de la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA), el Consejo General de la Psicología de España y el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio. En este sentido, creen que los nuevos medios facilitarían su lucha contra el suicidio, el cual ha aumentado en un 22 por ciento entre 2010 y 2013 en España.
Telmo Mourinho, presidente de la EFPA.
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Las organizaciones, que ha presentado la campaña “Prevenir el suicidio: tender la mano y salvar vidas”, han recordado que anualmente se suicidan más de 800.000 personas, lo que supone alrededor de una muerte cada 40 segundos. En Europa, se produjeron cerca de 60.000 suicidios durante 2010, pero con una importancia diferencia de distribución, ya que la tasa disminuye en los países meridionales y aumenta en los países bálticos y Europa central.
España no está exenta. El suicidio es la primera causa de muerte no natural del país. Según los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2013 se alcanzó la cifra de 3.870 suicidios, la más alta de los últimos veinticinco años. De ahí que recalquen la importancia de las estrategias psicológicas para la prevención del suicidio, al aportar comunicación y relación humana, dos condiciones esencialmente psicológicas.
Sin embargo, la prestación de los servicios psicológicos se ha visto dificultada, según han explicado en varias ocasiones el Consejo General y el Colegio Oficial de Psicólogos, por la baja tasa de estos profesionales en los centros de salud, por lo que han realizado un llamamiento para aumentar las plazas PIR y alcanzar los niveles establecidos en Europa de 17 psicólogos por cada 100.000 habitantes.
El conocimiento científico sugiere otras maneras de abordar eficazmente el problema del suicidio, como fortalecer a los padres y las familias, fundar guarderías y colegios de calidad, crear barrios seguros e integradores y facilitar el acceso a la ayuda psicológica (incluidas la identificación e intervención precoces) cuando esta sea necesaria.
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