Los
hospitales británicos le han declarado la guerra a las
bebidas azucaras prohibiendo su venta. Según han publicado los medios británicos, se trata de una medida más del NHS dentro del plan de
lucha por reducir la obesidad: sólo el 10 por ciento del total de bebidas vendidas podrán contener azúcar añadido.
Con el anuncio, grandes empresas como WHSmith, Marks&Spencer y Greggs han asumido reducir sus ventas en centros hospitalarios hasta el 10 por ciento establecido, lo que incluye bebidas gaseosas, cafés azucarados y zumos de fruta con
cantidad extra de azúcar que no podrán dispensarse sin límite en las máquinas de los hospitales.
El sistema de salud británico ha advertido de que de no conseguir este
target fijado en dos meses,
se prohibirán todas las bebidas azucaradas. Estas nuevas normas también pretenden restringir las ventas de cualquier alimento con alto contenido calórico.
Con esta medida, Reino Unido se convierte en el segundo país del mundo que declara su guerra a las bebidas azucaradas, después de que Portugal abriera el camino este mismo año.
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