Redacción. Madrid
La Comisión Europea ha lanzado un informe recientemente donde plasma los cuatro objetivos principales de cara a mejorar la seguridad sanitario de la Unión Europea. Aunque el organismo constata que las barreras sanitarias del viejo continente funcionan adecuadamente ante posibles emergencias de salud, publica una serie de pinceladas que ahondan en la necesidad de planificar mejor las actuaciones, evaluar los riesgos, suministrar los tratamientos y adoptar una base jurídica sólida.
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
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En concreto, el documento de la Comisión Europea pide, como primer objetivo, fortalecer la preparación de la planificación. Es decir, reforzar esta capacidad para anticiparse a las emergencias, así como el intercambio de prácticas e información. El objetivo no es otro que “garantizar que todos los Estados miembros estén adecuadamente preparados para enfrentar cualquier crisis sanitaria, así como reducir en lo posible el impacto de tal evento en la salud y la economía de la sociedad”.
El segundo reto para el continente es mejorar la evaluación y gestión de las amenazas fronterizas para la salud, a través de una evaluación de riesgos de las enfermedades transmisibles. En tercer lugar, establecer las disposiciones necesarias para el desarrollo e implementación de una adquisición conjunta de productos sanitarios. Por primera vez, la propia UE puede regular su legislación farmacéutica para acelerar el suministro de vacunas y medicamentos en caso de cualquier emergencia de salud, incluyendo pandemias, cita el documento.
Por cuarto y último lugar, la Comisión Europea pide mejorar la coordinación de respuesta por parte de todos los países miembro para proporcionar un mandato legal sólido al Comité de Seguridad Sanitaria de la UE.
La UE pone el ejemplo del ébola como crisis sanitaria
En esta línea, este informe evalúa, en particular, cómo responden los mecanismos diseñados a la hora de notificar una alerta sanitaria y cómo gestionan la amenaza transfronteriza, como por ejemplo el sistema de Alerta Temprana y Respuesta (SAPR), la Red de Vigilancia Epidemiológica, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) y el Comité de Seguridad Sanitaria (CSS).
En todos los casos analizados, dice el informe, se ha demostrado “un funcionamiento eficaz que alcanza un nivel de calidad necesario en caso de amenaza trasfronteriza para la salud”. Especialmente durante su actuación frente al virus del ébola, explica el documento, dodne inicialmente la reacción de la UE fue protegerse y solo posteriormente cambió de actitud y reconoció la necesidad de ofrecer ayuda internacional para contener el brote en el lugar donde se había originado.
Asimismo, aborda otra de las actuaciones emprendidas por la UE, como fue la puesta en marcha de un nuevo mecanismo para que los Estados miembros participen en la adquisición conjunta de medicamentos y productos sanitarios que permitan hacer frente a las amenazas sanitarias exteriores. Para ello, la Comisión Europea ha desarrollado el Acuerdo de Adquisición Conjunta que establece las normas comunes para la organización prácticas de este tipo de procedimientos.
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