Hiedra García Sampedro. A Coruña
La presión que vive en la actualidad el médico de Familia ha alcanzado cuotas de “indignidad”, según ha comentado Mercedes Otero, vicepresidenta 3ª de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). La precariedad laboral está condicionado actualmente el trabajo de los profesionales, que ejercen en muchas ocasiones presionados y centrados en mejorar los contratos.
Este sábado, la actual junta directiva de la SEMG deja paso a una nueva en el marco de su XXII Congreso Nacional, ¿qué balance hace de estos años?
Los últimos ocho años han sido muy positivos, aunque hay temas en los que hay que seguir avanzando. Sobre todo, hemos cambiado nuestra imagen ante otras sociedades, los medios de comunicación y los compañeros. Nos hemos relacionado más con las otras sociedades de Primaria, con las que cada vez tenemos más proyectos en común. Además, hemos cumplido objetivos fundamentales, como la formación de los compañeros, y mejorado para implementar medios tecnológicos.
Esa imagen de la que hablas, ¿cómo era, cómo se veía a la SEMG?
La SEMG fue durante muchos años desconocida para otras sociedades científicas incluso dentro de Primaria, no se conocía lo que hacíamos, y es que nos hemos vendido poco. Habíamos trabajado poco en que nuestra imagen tuviera presencia.
Ahora sí tiene presencia en diferentes Foros en los que reclamáis que la Atención Primaria “tenga el lugar que se merece”, ¿por qué no se ha conseguido aún?
Tenemos algo de culpa pero no somos los culpables absolutos. Las administraciones utilizan la Atención Primaria para decir que somos un puntal fundamental, pero no nos aportan estructuras y no se cumplen las necesidades para que la Atención Primaria tenga lo que se merece. Cubre una asistencia sanitaria muy grande pero con déficits estructurales muy importantes, que cada día se notan más porque las necesidades son mayores.
¿Con más recursos se solucionaría el problema?
No es tan simple, los recursos son importantes pero habría que añadir más. De todas formas, a veces hay proyectos consolidados, con fines y una metodología adecuada, y buenos para la Atención Primaria, pero si no se les dota de recursos no se pueden llevar a cabo. No hay manera.
¿Cómo influye la precariedad laboral en Primaria en el trabajo del profesional?
Igual que en otros sectores donde también existe precariedad laboral. En este sentido, en Medicina de Familia vamos tan a peor, que los contratos rozan límites de indignidad. Son contratos que ejercen tal presión sobre el profesional, que su trabajo finalmente está condicionado a conseguir mañana otro tipo de posible contrato. Todos hemos trabajado con dificultades, con situaciones no consolidadas, pero lo que no puedes tener es ninguna expectativa de futuro. No se debería consentir.
Esa situación la plantearéis este sábado a los partidos políticos en una mesa dentro del Congreso de SEMG, ¿cuál es el objetivo de esta actividad?
Incluso antes de las elecciones autonómicas, pensamos que era muy importante que los futuros posibles representantes sanitarios de los partidos respondieran sobre cuál es su plan para la Atención Primaria. No solamente haremos preguntas desde la organización, sino dar la oportunidad también a los socios.
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