El pasado martes
Pablo Escribano (29 años) desaparecía de su domicilio ubicado en la calle Camilo José Cela de Madrid. Las alarmas saltaban a partir de las 12 de la mañana del miércoles, cuando la madre del joven
MIR de cuarto del Hospital Príncipe de Asturias intentaba contactar con él, sin éxito.
Según han confirmado a
Redacción Médica fuentes
familiares del desaparecido, el chico subió a su vivienda el martes alrededor de las nueve de la noche. A los pocos minutos se fue sin decir nada a sus compañeros de piso. Ni estos, ni su círculo de amigos más cercano saben nada acerca de su
paradero.
Las primeras indagaciones realizadas por la Guardia Civil y la Policía Nacional, señalan que el joven debió coger su
Peugeot 2008 de color blanco, sin dejar ningún rastro más.
El último rastro concreto que se conoce de
Pablo Escribano es a través de la aplicación WhatsApp, la cual aún muestra que su última conexión se realizó a las 5:44 de la madrugada. La familia del joven ha pedido que el móvil sea geolocalizado, puesto que aún sigue dando señal. Será un juez de
Majadahonda el que determine dar la orden de rastreo del
dispositivo, según explica el diario El Confidencial.
Para este sábado la familia ha convocado una concentración en la madrileña calle
Camilo José Cela número 35 a las 12:00 de la mañana, frente al domicilio del joven, para así poder dar más difusión a la búsqueda, que lleva iniciada desde el pasado miércoles.
ACTUALIZACIÓN. Hallado el cadáver del MIR desaparecido en Madrid
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