“Exhibición excesiva” de la intimidad del paciente

Esta institución pide promover auditorías internas que mejoren la calidad asistencial, regular mejor el acceso a la historia clínica y establecer protocolos de consentimiento informado

Miércoles, 17 de febrero de 2016, a las 10:57
Redacción. Madrid
El Defensor del Pueblo se ha hecho eco de las quejas de aquellos pacientes que, tras su paso por el hospital, sienten que su intimidad se ve expuesta a “una exhibición excesiva”, bien sea por el poco espacio que tienen o por el procedimiento que utilizan los profesionales sanitarios, tal y como plasma en su blog institucional.

Soledad Becerril, defensora del Pueblo.

En concreto, la entidad que encabeza Soledad Becerril explica la “realidad de nuestros hospitales”, donde en la mayor parte de ellos, las habitaciones compartidas y los servicios de urgencias “solo cuentan con separaciones livianas”, según le informan los pacientes. Pero no solo eso. Fuera de estas estancias, los enfermos se aglutinan en los pasillos, “expuestos a la visión de terceras personas o donde reciben de viva voz la información sobre sus perspectivas de evolución”.

Para solventar esta situación de colapso sanitario, el Defensor del Pueblo lanza una serie de recomendaciones que permitan incidir en varios aspectos a mejorar dentro de los centros hospitalarios. La primera de ella es la realización de una auditoría –tanto de aspectos estructurales como procedimentales- enfocada a evaluar la realidad de cada centro respecto a estos derechos.

Pero no solo eso es suficiente para blindar el derecho a la intimidad y dignidad del paciente. Por un lado, Becerril aboga por una regulación más rigurosa del acceso a las historias clínicas por parte de los estudiantes de Ciencias de la Salud. Y por otro lado, pide establecer protocolos que garanticen la intimidad de estas personas, así como la necesidad de recabar su consentimiento informado, que permita al personal en formación estar presente en consultas y pruebas médicas con total naturalidad sin vulnerar la confidencialidad entre facultativo y paciente.

A los profesionales sanitarios, Becerril recomienda afrontar la situación a través de dos medidas: las relacionadas con la estructura física de los servicios hospitalarios (disponiendo de espacios adecuado para llevar de forma adecuada la interlocución confidencial); y las que tienen que ver con su propia sensibilización y cultura corporativa.

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