El sarampión ha causado la muerte de al menos 17 personas en Rumanía y ha infectado a otras miles desde septiembre. Entre las causas de esta epidemia se encuentran, según las autoridades, los movimientos antivacunas que han cobrado fuerza en los últimos meses.
El ministro de Salud del país, Florian Bodog, ha informado que los fallecidos eran niños que no habían recibido la vacunación. La última víctima del virus fue una pequeña de apenas dos años de la región de Satu Mare, al norte del país. Bodog ha precisado que más de 3.400 personas han contraído el virus desde febrero de 2016, frente a los siete casos y ningún fallecimiento en 2015. Ante esta situación, el ministro ha pedido a la población que se vacune.
Según indica AFP en Bucarest, entre las razones de este cambio en la tendencia vacunal se encuentra el número creciente de padres que se niega a vacunar a sus hijos, una cuestión que tiene mucho que ver con que asociaciones religiosas y personalidades políticas han protagonizado en los últimos tiempos campañas ‘antivacunación’.
"Es la única medida eficaz para prevenir la enfermedad", insistió, precisando que la tasa de vacunación contra el sarampión en Rumanía es del 80 por ciento para la primera dosis y del 50 por ciento para la segunda. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una tasa del 95 por ciento.
Según el Centro Europeo de Prevención y de Control de Enfermedades (ECDC), aunque los países europeos continúan realizando avances para eliminar el sarampión, se considera que todavía seis estados cuentan con transmisión endémica de la enfermedad: Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Polonia y Rumanía.
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